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Una impotencia preocupante

  • Los rojiblancos cuajan una buena primera mitad hasta el tanto del empate y se vienen abajo

Lo único positivo que se puede sacar del choque de ayer, al margen de los primeros 43 minutos de partido, es que tras sufrir la peor racha de resultados de la temporada con tres derrotas seguidas, el conjunto de José Luis Oltra sigue en puestos de play off. Porque si ha habido un tanto que ha hecho mucho daño este curso, ese fue el que encajó Javi Varas justo antes del descanso cuando mejor estaba su equipo tras una pifia impropia de un guardameta de su experiencia. A partir de ahí, el Granada CF desapareció. Los rojiblancos no parecían los mismos jugadores que estaban dejando una buena imagen en el Nuevo Carlos Tartiere hasta el grosero error del sevillano, y todo lo bueno que mostraron quedó en nada.

Dominio

Lo primero que llamó la atención en el once de José Luis Oltra fue el cambio de sistema. Cuando se esperaba que introdujera únicamente una novedad ante la lesión del colombiano Adrián Ramos, técnico el valenciano sorprendió dando entrada a Ángel Montoro en el eje del centro del campo, ordenando un 1-4-1-4-1 con Sergio Peña y Pierre Kunde por delante del ex de Las Palmas. Un sistema con tres hombres en la medular que se complementan a la perfección y que funcionó hasta el gol del empate, aunque el peruano tuvo menos protagonismo con el balón en los pies pues Montoro fue la brújula sobre la que todo giró.

A la espalda

En los mejores minutos de los rojiblancos, Darwin Machís fue la pieza clave pues le ganó con suma facilidad la espalda a su defensor aprovechando los envíos en largo de los zagueros o de Montoro. Fueron varias las acciones en las que el sudamericano logró ganar línea de fondo gracias a su velocidad y centrar al corazón del área. En una de ellas llegó el tanto de Pierre Kunde. Pese a que Salvador Agra entró poco en juego en la derecha, la dupla formada por Machís y Álex Martínez trajo en jaque a Juan Antonio Anquela que desde la grada debido a su sanción se desesperaba ante las constantes incursiones por el flanco zurdo.

Kunde

El nuevo sistema empleado si a alguien beneficia es al camerunés. Su portentoso físico le permite llegar al área pero también trabajar en defensa y presionar. Y ayer lo primero lo hizo a la perfección, descolgándose en ataque y fruto de ello fueron los principales remates de los de Oltra ayer, gol al margen. Pero la alegría duró poco pues en una acción absurda llegó el empate y a partir de ahí todo cambió.

La cara B

El mazazo del gol del empate se acusó durante toda la segunda mitad y ya no sólo en el juego sino también en los números del partido, que en este caso no mintieron. De tener asiduas llegadas se pasó a apenas pisar el área de Alfonso, a no generar peligro por banda con un Agra desaparecido y un Machís demasiado individualista. Todo ello hizo que el Oviedo, que no hizo mucho más méritos, aprovechara la única ocasión que tuvo en la reanudación para marcar el segundo y ponerse por delante. Dos disparos entre los tres palos y dos goles. Una circunstancia que comienza a preocupar pues la facilidad con la que recibe goles el Granada CF con lo poco que le generan es digno de estudio.

El caos

Pero la cosa fue a peor. Sin ningún argumento ofensivo más allá de los envíos en largo a Rey Manaj, que buscó desesperadamente su quinta amarilla hasta que lo consiguió, la lesión de Joselu tras la agresión de Christian Fernández y la absurda expulsión de Machís terminó con cualquier esperanza de empatar. Sobre todo porque las ideas en ataque no existieron, los centros laterales no llegaron a su destino y la impotencia se fue apoderando de los rojiblancos, que cuajaron una lamentable segunda mitad. Y por si fuera poco, ante el Numancia el próximo domingo no estarán ni Víctor Díaz, ni Machís, ni Peña, ni Ramos ni Manaj. Será el momento, por tanto, de demostrar todo lo que se viene diciendo de la gran plantilla que tiene Oltra a su disposición.

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