Granada CF

La variante del segundo acto ata al rival y da tranquilidad

  • El Granada mutó a un efectivo 1-4-1-4-1 tras los cambios de Anquela

José Luis Oltra volvió a apostar para recibir al Real Oviedo por el once que se puede considerar de gala, teniendo en cuenta que desde hace algunos encuentros no puede contar con Germán, Adrián Ramos y Sergio Peña, los dos primeros por lesión y el peruano en los dos anteriores choques por estar con su selección y ahora por haber regresado lesionado en un hombro de esa estancia con la absoluta peruana. El técnico realizó hasta cuatro sustituciones en relación al once que formó el pasado miércoles en Tarragona frente al Nástic. Recuperó a Pedro tras un encuentro castigado por sanción, devolvió a la titularidad a Montoro y Espinosa en la sala de máquinas y, la principal novedad, metió en el once a Chico Flores, hasta ahora inédito, en lugar de Menosse.

factor flores

El uruguayo había mejorado en anteriores choques respecto a su dubitativo inicio de Liga pero en Tarragona volvió a las andadas, por lo que Oltra le mandó al banquillo y colocó en el centro de la zaga al último fichaje rojiblanco junto a Saunier. La presencia del central gaditano aportó al equipo seguridad, mando y jerarquía. Chico Flores habló, pidió y mandó hasta convertirse en el jefe de la zaga a los pocos minutos de su estreno. Esa presencia se nota en acciones como las que protagonizó varias veces, saliendo con el balón jugado desde atrás. La diferencia en muchos aspectos con Menosse, aunque aún es pronto parece hacerla, es evidente. No obstante, como ocurre con Saunier a veces, su exceso de confianza pudo pasarle una mala jugada. Da la sensación de que ambos juegan sobrados, con una solvencia insultante, y que esa confianza de más puede ser un problema.

mismo dibujo

El Granada fue ante el Nástic un equipo con poco fútbol, algo previsible al no estar en el campo los jugadores más creativos de la plantilla como Montoro, Espinosa ni Sergio Peña. El retorno de los dos primeros y el de Pedro, máximo goleador y asistente del equipo, no modificó el 1-4-2-3-1 que viene utilizando el preparador valenciano en los últimos encuentros, pero sí que sirvió para dotar de otra identidad al equipo, darle un aire más creativo y menos guerrero en la vuelta al Nuevo Los Cármenes y ante la visita de un gallito como el Oviedo.

balón parado

La estrategia volvió a ser definitiva. En el primer saque de esquina, el 1-0, fruto de la pizarra de Oltra. Fue un lanzamiento similar al que sirvió al Granada para marcar en Tenerife y que también acabó con autogol del contrario. Esta vez le pegó Alex Martínez. Sin duda, no hay mejor manera que empezar así un encuentro.

verticalidad

La mayor posesión del Oviedo al verse tan pronto abajo en el marcador llevó al Granada a ser más vertical y directo que tranquilo y con un juego posicional en ataque. Y ahí la figura de Machís crece como la espuma, aunque se echaron de menor mejores centros en el primer tiempo y, ya en el segundo, un poco de fortuna para marcar el 3-0 que mereció.

cambios

Lo que ocurrió en el segundo tiempo es inhabitual. Oltra ordenó al Granada que cambiara la manera de colocarse sobre el terreno de juego pese a no realizar ninguna sustitución e ir por delante en el marcador. Anquela, entrenador del Oviedo, realizó pronto sus tres sustituciones al verse tan pode debajo en el marcador. Fue un Oviedo más ofensivo con algunos jugador cambiando de posición, lo que llevó al preparador rojiblanco a mover también sus piezas. Dejó un único pivote y pasó al segundo medio centro a colocarse junto Espinosa algo más avanzado, pasando a un 1-4-1-4-1.

hasta el final

Así estuvo jugando el equipo en el último cuarto del choque, pese a que quitó a dos de esas tres piezas de la medular con los cambios. El primero fue Manaj por Joselu, delantero por delantero, aportando el albanés oxígeno y capacidad para tener el balón arriba. Después salieron del campo Raúl Baena y, algo más tarde, Montoro, tras realizar ambos un esfuerzo, con muchísimo recorrido, para firmar una actuación sensacional, especialmente el segundo.

así quedó

Fue Alberto Martín el que acabó como pivote único, con Kunde y Espinosa escoltándole algo más adelante, en ese dibujo que se sacó de la manga Oltra tras las sustituciones ovetenses y que funcionó, ya que el Granada apenas pasó apuros, contrarrestó muy bien al Oviedo y tuvo ocasiones para marcar y lograr un resultado más amplio, que no llegó pese a que lo mereció.

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