Granada cf

Enganchados a los buenos

  • Se han escapado bastantes puntos ante medianías como para considerar la última derrota un accidente

  • De la ausencia de Machís se pasa a la de Montoro

Incluso parece complicado encontrar un sustituto adecuado a Pedro Sánchez en el fondo de plantilla de este Granada CF.

Incluso parece complicado encontrar un sustituto adecuado a Pedro Sánchez en el fondo de plantilla de este Granada CF. / ÁLEX CÁMARA

La mañana del domingo se presentó esplendorosa en firmamento y temperatura. Una meteorología agradable e inapropiada para este mes del año, donde ya se han plantado los árboles de Navidad casi con vergüenza por vestir aún manga corta. Eso sí, para el fútbol, vaya maravilla, vaya vista de la Sierra con algo de nieve, y vaya partido para festejar que el Granada era líder. Como siempre pasa, y como bien convendría recordarle al granadinismo, cada vez que este equipo ha sacado un poco la cabeza se ha llevado un martillazo. No, los modestos no pueden sacar pecho nunca. Y no es que los que saltaron al campo lo hicieran, es que se encontraron con un estadio que esperaba alturas y se quedó con hambre, ya fuera con los abonados de siempre o los cenizos que optaron por regresar al estadio al calor de un más que posible triunfo ante el Sevilla Atlético, que si se jugara hoy, a buen seguro acabaría con otro resultado.

"EL DÍA TONTO"

Esa frase, usada por jugadores, técnicos y prensa, se ha convertido en un nuevo eufemismo del fútbol. Se aplica a esos equipos que, llamados a luchar por cotas importantes, o simplemente porque se espera de ellos ganar más partidos que perderlos, la fastidian ante un contrincante más pequeño. El concepto es perfectamente aplicable al partido del domingo. Difiero de esa lectura, que el Granada sufriera el 'síndrome del partido tonto' porque ya lleva varios así. Para mí, incluido el del Sevilla Atlético, son tres: fue tonto el empate contra el Albacete en Los Cármenes y también la derrota en Tarragona. Aunque sea el primer partido que el equipo rojiblanco pierde en Los Cármenes, ya son unas cuantas las 'fastidiadas' (por no usar un calificativo algo más malsonante y más de uso coloquial que significa lo mismo) ante rivales que viven en la mitad baja de la clasificación. Bastantes 'días tontos'.

'MACHISCÓMANOS'

Dicen los pilotos de coches, de motos, y de aviones, que la velocidad es como una droga, que engancha. El Granada tiene ese problema. Tiene dependencia de Darwin Machís, es un toxicómano de sus carreras, de su vértigo con y sin balón. Los primeros análisis tras el partido coincidieron en una cosa: se notó, y mucho, que el venezolano no estaba en el partido. Es una manera de reconocer, de facto, que dentro de que hay muchos jugadores insustituibles a día de hoy en el Granada CF, el venezolano es el que, cuando falta, más se echa en falta. Incluso si juega, como no esté fino como en Tarragona, el equipo se resiente y se espesa hasta el punto de perder contra dos equipos que estaban en zona de descenso. El agujero que deja la baja del tucupitense influye en la manera de jugar del equipo, en la aplicación de velocidad a la circulación, y sobre todo a la capacidad de desborde. Por eso, aparte de llevar cinco goles, Machís es clave por participar en todas las jugadas que sus compañeros culminan. El ritmo lento, anodino, reposado que tuvo el Granada parecía encerrar un fuerte síndrome de abstinencia. Menos mal que hasta marzo no hay otra Fecha FIFA.

'MONTORODEPENDENCIA'

Ahora bien, que de la 'Machiscomanía' se puede pasar en las próximas semanas a la 'Montorodependencia' como al valenciano le caiga más de un partido de sanción, que puede pasar, por la patada que le dio a Aitor al final del partido. El mediocentro ha ido claramente de menos a más en el equipo, siendo el único jugador en esa demarcación con claridad de ideas para lanzar al equipo. Ya el domingo se hinchó a dar balones en diagonal y a cambiar de lado el sentido del ataque. Era el recurso para abrir al Sevilla Atlético, aunque luego no diera resultado. Es el único faro en la sala de máquinas y su puesto, ante la inminente salida a León y la llegada del ahora líder Huesca, está vacante. Aunque Oltra tiene peloteros que con clase para dirigir, los experimentos no han salido. Kunde no está del todo cómodo en la dirección y el resto son de corte más defensivo. La última vez que faltó Montoro fue, justamente, en Tarragona, donde no hubo química entre Alberto Martín y Raúl Baena, que además todavía no está recuperado de su lesión muscular. El invierno se acerca.

LA GRANDEZA DEL FÚTBOL

Mantuve un cordial y ciertamente ilustrativo debate tuitero mientras volvía del partido a casa. En Metro, por supuesto. Resulta que la conversación a tres bandas tenía puntos de vista completamente opuestos acerca de la actuación de algunos jugadores. Este juego es maravilloso porque lo que a uno le gusta, al otro no; lo que unos ven, otros no lo contemplan. Uno decía que Espinosa había estado muy bien y que gracias a él se crearon buenas ocasiones en la primera parte, mientras que otros vimos al talaverano más fuera que dentro del partido, asfixiado entre las dos paredes que fue la defensa sevillista. El debate también giró sobre la figura de Puertas. Como con Machís, la conclusión general es que estuvo mal, y que está lejos de dar prestaciones parecidas a las del extremo venezolano, que para eso le puso Oltra. Sin embargo, hubo quien vio que se fue del campo antes de tiempo, que estaba empezando a tocar más la pelota y que en la primera parte fue quien logró fijar mejor a los centrales sevillistas cuando conseguía que Víctor Díaz le doblara, y él incorporarse al remate. En otro hilo que leí se acusaba al entrenador de deshilachar al equipo con los cambios, mientras que otros vimos el intento de Oltra de variar el planteamiento, de mover el árbol en busca de penetrar en la maraña implantada por Tevenet. Lo dicho, este deporte es maravilloso. Todos opinan y todas las opiniones tienen base de validez.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios