Laliga 1,2,3 | Granada-Reus

Al menos por orgullo (1-0)

  • El Granada CF se impone por la mínima al Reus y rompe su racha de siete jornadas sin ganar

  • La afición muestra su descontento con el rendimiento de los jugadores en varias fases

Alegría entre los jugadores del Granada.

Alegría entre los jugadores del Granada. / Álex Cámara

Señaló durante la semana una de las 'vacas sagradas' del vestuario rojiblanco como es Javi Varas que en los tres partidos que restaban para finalizar la temporada, los jugadores del Granada CF tendrían que demostrar su profesionalidad y competir en cada cita. Y así lo hicieron. O al menos lograron sumar tres puntos, algo que se les resistía desde el duelo ante el Numancia.

En un ambiente triste por la ausencia de aficionados en las gradas, el conjunto de Miguel Ángel Portugal rompió su mala racha de resultados que les ha alejado en los últimos tres meses de la pelea por retornar a la Liga Santander con un triunfo por la mínima ante un Reus ya salvado.

Los rojiblancos parecieron jugar fuera de casa cuando saltaron al césped de la instalación el Zaidín. La afición no dejó pasar una, sobre todo en el arranque del choque, pero las ocasiones de Kunde y Espinosa en los diez primeros minutos de partido calmaron algo los ánimos de una grada hastiada por la mala segunda vuelta de su equipo.

Fue el Granada el que quiso llevar el peso del choque, como no podía ser menos, ante un rival con los deberes hechos que tenía muchos problemas para sacar el balón jugado desde atrás si Gus Ledes, su principal referencia en el eje, no entraba en contacto con el cuero. En ello tuvo mucho que ver la buena presión de los locales y en una de estas acciones llegó el primer tanto rojiblanco. Espinosa y Ramos acosaron a un rival, le robaron el cuero y cuando el colombiano encaraba a su par, fue trabado en el balcón del área. La falta, perfecta para un zurdo, no fue desaprovechada por Álex Martínez que con un sutil golpeo batió a Edgar Badía. Pero un minuto más tarde, de nuevo fruto de la presión en línea de tres cuartos, Espinosa robó el cuero tras un mal cambio de orientación de la zaga catalana pero se precipitó a la hora de ceder a Ramos en el corazón del área, que no llegó a contactar con el cuero. Los de Portugal ya se habían congraciado con su afición, pues eran constantes los ataques en busca de ampliar su renta.

Granada y Reus demostraron en el segundo acto que ya tienen poco que hacer

Pero a partir del minuto 25, el ritmo de partido bajó y con ello las ofensivas rojiblancas. Del Reus poco hubo que reseñar en la parcela atacante salvo un remate cruzado de Vitor Silva a la media hora de juego desde dentro del área tras pase de Lekic. Pero poco a poco los de López Garai se fueron soltando y aunque no gozaron de grandes ocasiones de gol, si atacaron con más sentido, buscando las bandas, en especial la izquierda. Álex Menéndez, Tito y Ledes llevaron el 'uy' a la grada de Los Cármenes, que despidió a sus jugadores al descanso con una tímida pitada aunque no fruto del mal partido de su equipo sino de la temporada en general.

Con menos intensidad arrancó el segundo acto. En el primer cuarto de hora de la reanudación apenas hubo nada reseñable por bando local; sí por los visitantes, que en una contra pudieron empatar el choque pero Víctor Díaz metió el pie in extremis evitando el 1-1 de Álex Menéndez (54').

Las incursiones por banda de derecha de Víctor Díaz fueron el principal argumento de los de Portugal, que refrescó dicha zona con la entrada de Agra por Machís, enviando a Pedro al flanco zurdo. La presión ya no era tan alta y eso provocó que poco a poco el Reus fuera teniendo más posesión de balón, aunque eso sí, sin generar apenas peligro ante el arco de Javi Varas. El burgalés lo vio acudió a Montoro por Baena para tratar de recuperar el esférico, que comenzaba a quemar en las botas de los jugadores rojiblancos, siendo Ramos el objeto de las iras de los aficionados tras una mala decisión en un contragolpe.

El tedio comenzaba a aparecer por Los Cármenes una vez más y los seguidores comenzaron a buscar otras 'alternativas' de ocio como aplaudir a Chico Flores o Germán cuando cedían atrás a Javi Varas, o realizaban una posesión larga coreando los pases con olés pero evidentemente a modo de sorna. Ante tal panorama, el conjunto de López Garai decidió dar un paso hacia adelante en busca del empate.

Pese llevar 20 partidos sin marcar, pocos fueron aplaudidos ayer y uno de ellos fue Joselu, que ingresó sustituyendo a Espinosa para formar una dupla atacante que no ha funcionado a lo largo de todo el curso y, como no podía ser menos, no lo hizo ayer. Poco aportó el onubense, pero la afición al menos recuerda el esfuerzo físico que hacía cuando era indiscutible en el ataque de Oltra. Algunos ya ni se acuerdan de ello.

Con una grada deseando que concluyera el duelo, terminó un triste choque que supuso la primera victoria de la era Miguel Ángel Portugal. Un triunfo amargo que al menos se logró por orgullo en una noche que terminó con tímidos pitos a la plantilla de jugadores que no hacían más que demostrar el descontento de los más fieles, los que ayer acudieron al campo. Los restantes, esos 5.000 o 6.000 aficionados que tantos golpes de pecho se dan y que suelen aparecer cuando las cosas van bien, prefirieron quedarse en casa. Pero eso es ley de fútbol.

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