Granada-Zaragoza

Un triunfo muy de Segunda División (2-1)

  • El Granada, en una gran primera parte y una segunda peor, vence sin alardes a un Zaragoza sin mordiente

  • Adrián Ramos vuelve a la titularidad, marca un gol y estrella dos balones en los postes

El Granada ganó como el Granada y aguantó 'a lo Cádiz'. Remontó en la primera parte y se fajó en la segunda para resistir los embates de un Zaragoza que por momentos agobió, pero que echó en falta no tener a sus dos delanteros referencia, Borja Iglesias y Toquero. A los maños les faltó remate y de ello se aprovecharon los rojiblancos para validar una nueva versión en la que el sacrificio físico se impuso al talento con la pelota. Un triunfo también extraño por mostrar dos caras diferentes del equipo, una más cercana a la brillante y otra más sobria en la que nadie podía poner la mano en el fuego sobre si el Granada tenía controlada la situación. Se estrenó Adrián Ramos como goleador tras una vuelta inédito, y encima siendo titular, y Machís jugó, pero como si no hubiera estado. Su peor partido de la temporada el día que reaparecía tras cerca de un mes detenido por una lesión. Esta vez la 'Machísdependencia' quedó diluida ante la omnipresencia de un Ramos imperial, bendecido por su fe y al fin recompensado por su trabajo. Calló bocas en Los Cármenes, que volvió a ser providencial para oxigenar a un equipo que tras dos derrotas seguidas necesitaba respirar.

La victoria da confianza a al Granada por cómo se produce, con una remontada de por medio y con un ejercicio de supervivencia válido para lograr los tres puntos; sin ser, ni de lejos, la mejor versión de los rojiblancos. Empezó torciéndose todo pese al aviso inicial de Adrián Ramos a los 40 segundos de juego, al mandar al poste un balón sin portero, pero con menos ángulo todavía. El Zaragoza se adelantó con una acción, adivinen, a balón parado, de nuevo con Chico Flores de protagonista. Como en Cádiz y como en Albacete, el central volvió a ser el perdedor en el duelo con su marca. Se le escapó Grippo a un gran centro de falta de Eguaras. Oltra se desesperaba en el banquillo. De nuevo por debajo en el marcador tras un comienzo de partido fantástico y eléctrico, con ocasiones y llegadas casi en cada minuto.

El 0-1 hizo daño al Granada incluso después del gol de Adrián Ramos, que nivelaba el marcador tres minutos después del zarpazo inicial del león rampante zaragocista. El colombiano metió un gran cabezazo a un centro de Víctor Díaz para igualar. Pero los visitantes se sintieron bien pese a todo, como si marcar les invitara a pensar que podían sacar algo positivo de Los Cármenes. Por momentos dio un paso adelante pero el Granada impuso su calidad en la medular. Sergio Peña se incrustó más que de costumbre entre los dos mediocentros para dotar de más circulación a la pelota. A pesar de ello, el equipo también fue más vertical que otras veces, buscando a Ramos que prácticamente lo hizo todo bien a la hora de bajar los balones que superaban la línea de presión de los ayer gualdinegros. Sin embargo, la cojera del equipo en banda ante la inacción de Machís le dio galones a los dos laterales. Y de nuevo, de un centro de Víctor previo despeje de la defensa, llevó la pelota a un Álex Martínez que la enganchó de vicio (2-1).

El Granada acabó la primera parte dominando y mereciendo esa remontada, pero inició la segunda con una intención que se hizo tendencia durante buena parte de ella. Se escucharon pitos en Los Cármenes cuando entendieron que la resistencia del Granada podía generar un serio disgusto si no salía de sus propio primer cuarto de campo. El Zaragoza tocó demasiado libremente, aunque parecía que el Granada lo buscaba porque recuperó algunos balones en la medular que generaron una algarada ofensiva sin premio.

El equipo de Natxo González cercenó de golpe las vías de salida del Granada, pero no acababan sus acciones con peligro verdadero. Aguantó Oltra hasta casi el 25 de la segunda para meter cemento en la medular y recuperar el equilibrio y el dominio de esa zona. Baena cumplió su papel sustituyendo a un Machís que para culminar su mal día desaprovechó un mano a mano con el portero. Justo después, la única oportunidad clara del Zaragoza en un tiro que desvió Varas con problemas. Desde ese instante, el 4-1-4-1 bajó el partido de revoluciones y el Granada se asentó. Siguió con la pelota el equipo aragonés pero se encontró con la respuesta solidaria de los rojiblancos, con un dibujo que les dio seguridad. Reaparecieron las entradas por banda y la figura de Ramos para iniciar algunos ataques que debieron llevar la tranquilidad, incluido otro poste del cafetero.

Los Cármenes goza en casa lo que su equipo no sabe defender, de momento, fuera.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios