REAL OVIEDO | GRANADA CF

Un duro codazo al ascenso (2-1)

  • El Granada regala el triunfo a un Oviedo que sólo tira dos veces a puerta y que debió acabar con uno menos por las agresiones de Christian

Chistian Fernández, que debió ser expulsado dos veces por agredir a Agra y Joselu, consuela Machis, que sí vio la roja por otra agresión.

Chistian Fernández, que debió ser expulsado dos veces por agredir a Agra y Joselu, consuela Machis, que sí vio la roja por otra agresión. / REPORTAJE GRÁFICO: ÁLVARO CAMPO / AGENCIA LOF

Ayer fue uno de esos días en los que no levantarse de la cama era la mejor opción. El Granada no fue menos y acudió a la cita de un domingo negro que prometía luces y acabó en sombras, muy tenebrosas en el caso de los rojiblancos. Nueva derrota y ya empieza a parecer absurdo mirar las consecuencias que eso trae. Son diez las que acumula el equipo de Oltra, el equipo que más tiene del octavo en adelante, el doble que el Huesca y el doble mas una que el Rayo, los dos equipos que marcan el ascenso directo, que desde ayer ya sí que empieza a parecer una auténtica quimera: los rayistas van como un tiro y los oscenses han pasado su mala racha siguiendo entre los dos primeros. Perdió el Granada a domicilio, again, donde solo ha ganado tres partidos de 16 posibles, y ha empatado cinco. En la mitad de los choques de visita, el equipo de Oltra ha perdido. Solo el rendimiento en casa lo deja con opciones de play off.

Estos son los datos fríos extraídos del enésimo fracaso como visitante de un Granada que, en el fondo, no tiene tantos motivos como debería para lamentarse. En los tres últimos partidos, el equipo no ha estado mal, todo lo contrario, pero ha perdido tirando más que su rival y teniendo la pelota también más tiempo. No falla el juego, falla el empaque como equipo, la consistencia de un once que sabe tocar la pelota, tener paciencia, llegar cerca del área, colocarse muy bien para defender, pero al que le cuesta pasar de se un equipo aseadito a otro con mala leche. En Oviedo pasó más o menos la historia de siempre. Una gran primera parte del equipo, una segunda peor pero en la que el Oviedo no fue mejor, y dos goles en errores puntuales que costaron la remontada.

El Granada no fue brillante. El Oviedo, bastante menos. Pero les dio para ganar. Maldita categoría. Los rojiblancos cuajaron una primera parte más que decente, en la que el gol de Kunde al aprovechar un despeje de la defensa, hacía justicia tras 40 minutos jugados. Porque los de Oltra había tenido más criterio que su rival, habían llegado mucho más y mejor, y los oviedistas estaban pagando su falta de delanteros y la buena situación visitante, que evitó los contragolpes que ellos buscaban.

Pero en la debilidad endémica de este Granada, que necesita marcar de media dos goles o más para ganar un partido, y eso es una exigencia enorme, hasta los fallos más tontos, hasta la decisión más simple como dejar salir un balón a córner o no, acaban en tragedia. El partido moría hacia el descanso, con el subidón del 0-1 todavía coleando, cuando en una jugada a balón parado bien defendida, que ya es noticia, por el Granada, Chico Flores se anticipó para cortar un pase a Carlos Fernández. La pelota iba a córner y Javi Varas salió a evitarlo con la presión del mismo jugador oviedista, el sevillano llegó pero se deslizó demasiado sobre el húmedo césped. La pelota le rebotó, salió hacia el interior del campo y Forlín, sin oposición, empató justo antes del pitido final. Todo por evitar un córner.

El Oviedo no había hecho absolutamente nada. Cuando es nada, es que de haber acabado el partido con el gol de Kunde reinando, lo mismo hasta se cargaban a Anquela. Por los carbayones no estaban en el partido hasta que el Granada le quiso regalar vida.

Ya por aquel entonces, los azules debían estar con uno menos. Mediado el primer tiempo, el santanderino Christian Fernández le propinó un pisotón a Agra delante de uno de los asistentes que le dejó el tatuaje al portugués para varias semanas. Una expulsión de libro que seguramente hubiera cambiado muchas cosas de ahí al final del partido, porque eran muchos minutos con diez. No contento con eso, el mismo jugador, ya con el marcador con 2-1, le metió un codazo de juzgado de guardia a Joselu en uno de los intentos granadinistas por empatar. Christian acabó el partido consolando a Machis porque al venezolano sí lo echaron por darle un cabezazo sin balón a Viti. Que esa es otra. La semana que viene, contra el Numancia, no estarán ni Ramos, ni Darwin sancionado y seguramente por más de un partido, ni Víctor Díaz por acumulación, ni Manaj ni Sergio Peña por compromisos internacionales. Si todo podía salir mal, salió peor en este domingo para el olvido.

Las penas granadinas no se acabaron con el 1-1, si no que solo a este equipo le marca el delantero titular de un equipo de la Tercera División asturiana. Steven se llama el niño y Anquela le tuvo que subir porque no tenía ayer 'nueves'. Dos minutos más tarde de darle la alternativa se coló entre Chico y Saunier, y habilitado por Montoro, anotó el gol del triunfo del Oviedo. Con muy poco ganaron los azules, que tampoco es que se tuvieran que emplear muy a fondo para defender el resultado ya que el Granada fue incapaz de generar ninguna ocasión desde el minuto 55. Ni metiendo a Pedro para dejar una defensa de tres ni colgando balones al área, que tendrán que dar un cursillo las próximas semanas porque no se puede ser menos peligroso en el recurso último cuando las cosas vienen mal dadas. Sin comerlo ni beberlo, un desastre. Y ya no quedan tantas jornadas.

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