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Operación convencimiento

  • Los máximos responsables deportivos rojiblancos pretenden persuadir a Rubén Pérez, con intención de seguir en Primera y ofertas para ello, para que sea el líder del equipo en Segunda

Rubén Pérez conduce el balón en un encuentro de hace dos campañas con el Granada.

Rubén Pérez conduce el balón en un encuentro de hace dos campañas con el Granada. / archivo

No va a ser fácil pero lo van a intentar. Los nuevos máximos dirigentes del área deportiva de este cambiante Granada CF, con Manolo Salvador y José Luis Oltra a la cabeza, quieren que Rubén Pérez sea el líder del equipo rojiblanco en Segunda, por lo que pretenden convencer al futbolista para que cumpla el contrato que le sigue vinculando a la entidad nazarí y no se marche a ninguno de los equipos de Primera que desean su incorporación.

Salvador y Oltra están convencidos de que el centrocampista sevillano reúne muchas de las características que buscan para los jugadores del Granada de Segunda: capacidad de liderazgo, experiencia, compromiso, notable calidad futbolística para la categoría de plata, identificación con la camiseta rojiblanca... Además, y no es poco, el jugador es del Granada, tiene contrato en vigor con la entidad por dos temporadas más, hasta junio de 2019.

El problema está en que Rubén Pérez quiere seguir actuando en Primera y, encima, cuenta con ofrecimientos para ello. El Leganés, conjunto en el que ha jugado en la campaña recién finalizada en régimen de cesión por parte del Granada, estaría interesado en mantenerlo en su plantilla, mientras que el Levante, cuadro recién ascendido, también quiere hacerse con sus servicios.

Más allá de lo atractivo que para un futbolista supone actuar en la máxima categoría en lugar de en Segunda, la principal pega con el futbolista es lo desencantado que está con el club por su manera de salir el pasado verano. Fue de los jugadores a los que el ínclito Paco Jémez puso la cruz nada más pisar Granada, por lo que al final, muy en contra de su voluntad, tuvo que salir.

Ahora Salvador y Oltra pretenden convencer al medio devolviéndole el cariño que en su momento le negó Jémez, con el beneplácito de Piru, Pere Guardiola y todos los demás superiores de la entidad. Todos ya fuera del club. Quieren persuadir a Rubén Pérez para que entienda lo importante que puede ser en el Granada en Segunda, para que opte por quedarse en lugar de seguir en otro club.

Hacerle cambiar de opinión va a ser muy difícil. Rubén Pérez, de 28 años, lleva prácticamente una década jugando con continuidad en Primera. Desde que despuntó y llegó a debutar en la máxima categoría con el Atlético de Madrid, ha desarrollado toda su carrera en la elite. Deportivo de la Coruña, Getafe, Betis, Elche, Torino (también en la Primera italiana) y Granada, en todos estos equipos cedidos por el club colchonero.

Una vez logrado su traspaso en el verano del 2015 al Granada, en el que había actuado como cedido en la segunda vuelta de la campaña anterior, el futbolista mostró su satisfacción por poder jugar con un club al que pertenece en propiedad. Y firmó un buen papel al curso siguiente, hasta que llegó Jémez el pasado verano y tuvo que salir.

Si la operación convencimiento no llegara a buen puerto, el que quiera a Rubén Pérez tendrá que pasar por caja, igual que ocurrirá con Carcela-González, Krhin y Atzili, jugadores también con contrato en vigor pero que, a diferencia del medio sevillano, no entran en los planes para el Granada de Segunda.

Levante, Leganés o el que pretenda a Rubén tendrá que negociar con el club nazarí una nueva cesión, por la que el Granada seguramente pida dinero, o el traspaso del futbolista, que está tasado por la entidad por encima del millón de euros.

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