GRANADA CF | ALMERÍA

A mamá no se le gana (3-2)

  • El Granada apela a la heroica para ganar en el descuento un minuto después de que el Almería igualase un 2-0

  • La vuelta de Lucas Alcaraza Los Cármenes está a punto de costarle otro 'accidente' a los de Oltra

A una madre no se le hace sufrir, y menos se le quitan puntos al final del partido, Lucas. Estuvo a punto de hacer mucha pupa el Almería del entrenador que todo hacía indicar que iba a ocupar el banquillo granadinista en el descenso a Segunda, y así tan claro quedó cuando se le renovó en enero. El resto de la historia la saben. Alcaraz estuvo a punto de hacerle una de las suyas a 'su' Granada hasta que surgió el milagro en forma de gol de Pedro en el descuento, y con la afición ya preparada para brindarle a Oltra su primera gran pitada. No era para menos porque el equipo había dilapidado un 2-0 y bastantes ocasiones de sentenciar, pero gestionó de pena los instantes finales que estuvieron a nada de darle a los visitantes un punto de coraje. Ese tanto de Pedro fue una de las explosiones de júbilo más impresionantes que se recuerdan en este estadio, tan acostumbrado a decepciones en los estertores de los encuentros, como el de hace una semana en Vallecas. Ahora fue al revés, y recuerda mucho a aquel Granada de Fabri que tiró de heroica en algún encuentro en el año que la ciudad regresó al Olimpo. Ya tiene Oltra su victoria para el recuerdo.

No siempre va a tener Oltra la suerte que tuvo ayer. A los puntos, y en cómputo de oportunidades, el Granada se mereció la victoria, pero el Almería también podría reclamar lo suyo con ese punto que bien se ganó cuando tenía las cosas más difíciles al encontrarse con un gol de Darwin Machís nada más empezar la segunda parte. Los de Alcaraz estuvieron a punto de llevarse frutos de Los Cármenes porque los rojiblancos no supieron cerrar el partido, concediendo pocas pero buenas opciones de remate sobre todo en acciones a balón parado. Así nivelaron los almerienses y antes del 2-2 estrellaron un balón en el travesaño. Cosas que no puede permitirse un candidato al ascenso directo.

Con 2-0 los de Oltra quisieron matar al contragolpe pero que dejaron esos goles en la recámara, sobre todo un pase atrás sin rematador de Machís, una asistencia del venezolano a Joselu a cuya 'picadita' le faltó campo y el doble remate del onubense y Adrián Ramos que sacaron en dos turnos entre René y Morcillo. Se echaron de falta esos tantos cantados al final. Al Granada le hace falta meter muchos goles para conseguir una victoria, algo que no hubiera hecho falta de haber sabido matar el partido arriba y atrás.

Cuando todo estaba perdido con el 2-2 y faltaban 120 segundos para el final, justo lo que le había quitado el balón parado al Granada se lo devolvió acto seguido. Kunde sacó una falta desde prácticamente el centro del campo, un defensa visitante puso la cabeza para despejar pero le salió un balón envenenado que prolongó Puertas (pitado por la afición del equipo de su tierra cuando saltó al campo) y que Pedro, rabioso, empalmó a la red con la potencia perfecta para que los dos defensores visitantes que se tiraron en plancha para evitar que la pelota entrara se convirtieran en meros Tancredo.

El Granada llegó a esa situación desesperada al hacer lo más difícil: dañar a un equipo de Lucas Alcaraz. Los almerienses salieron sin su once tipo por las lesiones, pero Oltra tampoco tenía a los suyos. Nada menos que a los centrales titulares y a una medular inédita compuesta por Kunde y Sergio Peña, reconvertido a mediocentro. Demostró que ambos tienen fútbol, que sí es cierto que tuvieron la asistencia de no pocos compañeros para sacar el balón y ayudar también en defensa. Una zaga que saltó con Menosse y Germán en una reedición de las dos primeras jornadas de Liga. Se les notó su falta de pericia con el balón, pese a los intentos del de San Fernando.

El Granada se ganó su ventaja cuando entró más en contacto con el balón Darwin Machís, con el partido cerca de entrar en la recta final de la primera parte. Algo desasistido Motta, el venezolano avisó con un tiro, se la dio a Peña para otro similar, con rosquita hacia la escuadra, y en las postrimerías luchó para recuperar una pelota que acabó en el centro que convirtió Víctor Díaz. La segunda empezó con su golazo, en una diagonal diabólica y un tiro con mala uva que volatilizó las telarañas del marco de René.

Era un festival Los Cármenes, Oltra metió a Adrián Ramos para bajar balones, pero ya saben lo que pasó. La cuajada, los regalos que el Almería tiró a la cara del Granada y la lección final: y es que una madre siempre tiene la última palabra, Lucas.

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