Llegaba muy cuestionado a la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros, tras la pifia cometida en Oviedo y la de la semana pasada ante Osasuna, pero resolvió bien la papeleta en una tarde aciaga de la plantilla en la que fue de lo poco salvable. Mucho se había hablado durante la semana sobre la inmunidad de Javi Varas, que tenía todos los focos apuntando directamente a su portería. Pero el sevillano respondió con creces en un día muy especial para él al tratarse de su vuelta a las instalaciones deportivas que lo consagraron como guardameta profesional. El meta del Granada se mostró muy seguro desde el principio, participativo y concentrado tanto bajo los palos como en las salidas.

Consiguió dejar su puerta a cero e intervino de manera providencial en las dos oportunidades más peligrosas que generó el colista. Ambas en las botas de Aitor Cantalapiedra, que primero recibió solo en la frontal pero se encontró con una reacción rápida del guardameta con los pies y, ya en la segunda parte, gozó de la más clara de su equipo en una acción dentro del área que finalizó con un disparo seco repelido a pie quieto por Varas.

Además de lo anterior, el '1' del Granada intervino bien en los balones aéreos y exhibió suficiencia blocando: los dos apartados que costaron puntos ante carbayones y navarros. Siempre atento, anticipando el error de su defensa, el rojiblanco atajó cinco veces el esférico, lo despejó otras veinte e intervino 24 con el pie. Salió del área en ocho ocasiones.