GRANADA CF | SEVILLA ATLÉTICO

Estrellados sin la estrella (1-2)

  • La larga sombra de la ausencia de Machís marca un partido desesperante en el que el Granada se deja el liderato ante el colista, que logra su primer triunfo

Un momento del partido en El Nuevo Los Cármenes

Un momento del partido en El Nuevo Los Cármenes / Álex Cámara

En la primera contienda de la temporada en la que el Granada tenía que conservar en vez de conquistar, el mal de altura tumbó al equipo. Se fueron de un plumazo el buen rollo y el ambiente festivo en un Los Cármenes casi lleno pese a las cifras oficiales. Se volvieron a destapar las fallas de una escuadra en la que la estrella rutilante alumbra demasiado, tanto que cuando deja de brillar sume al equipo en la oscuridad. Sin Darwin Machís, este Granada se estrella, se vulgariza y es capaz de perder contra el ya ex colista de la Liga 1|2|3, un Sevilla Atlético que llegó a Pintor Maldonado sin haber ganado ningún partido. Los rojiblancos se apagaron en ataque y el recambio ideado por Oltra demostró estar a años luz del venezolano. Antonio Puertas no dio una a derechas, ni a izquierdas ni al centro, y volvió a perder la oportunidad de recobrar la confianza que tanto le falta. Apagado el frente ofensivo, se unió que tampoco fue el mejor día atrás de Chico Flores. Dos errores suyos costaron el partido, el primero un penalti evitable y el segundo, en un fallo de marcaje.

El partido se jugó como quiso el Sevilla Atlético, un filial bastante canchero para ser un banco de experimentos del primer equipo. Fueron serios, no hicieron las tonterías típicas de la edad, jugaron con el reloj y con la perplejidad de un líder nervioso porque a cada minuto que pasaba, veía que le iba a costar sacar los puntos precisamente ante el que iba último de la tabla. Asomaron levemente los del Tevenet sobre el área de Javi Varas mientras que Granada, algo ya típico en él, le costaba unos minutos acomodarse al choque. Tardó algo menos que en Pamplona hacerse con la pelota mientras los visitantes se juntaban en dos líneas juntas y compactas. El equipo de Oltra no tenía mucho espacio para correr y el rival se afanó en tapar las bandas con mucha ayuda de los extremos a los laterales. La consigna era tocar rápido el balón, darle velocidad y mover el manzano hasta que los sevillanos cayeran de maduros. Pero llegó el accidente en forma de penalti. Un servicio a la izquierda permitió a Curro darse un autopase, dejando clavado a Víctor Díaz, y penetrar hasta la línea de fondo dentro del área, donde un pasado Chico Flores parece derribar al sevillano. Lo tocase o no, el granadinista llegó tarde y Díaz de Mera señaló los once metros. El mismo jugador colocó el 0-1.

Se le puso de cara el choque a los de Tevenet, que redoblaron su planteamiento y pusieron cemento al partido, cortando con muchas faltas y pérdidas de tiempo el ritmo del Granada. Tuvo mucho tiempo el equipo local para pensar y encontró algunas vías de acceso en la cerrada defensa sevillista. Era por sus protegidas bandas cuando algunos envíos de Montoro creaban esas superioridades tan deseadas, pero ahí fallaron los protagonistas del último pase. Y ahí se notó la falta de Machís. Oltra confió en Antonio Puertas para cubrir la baja del de Tucupita y el almeriense volvió a defraudar. Si bien es cierto que no es fácil jugar con un público que murmuraba cada vez que este tocaba la pelota, la distancia entre los dos jugadores es sideral. Acostumbrados a la velocidad de Darwin, los movimientos lentos y previsibles de Puertas enervaron a la grada e hicieron de la radiante mañana una noche sin estrellas en el frente de ataque. Para que Puertas jugara en su posición, el entrenador situó en el extremo contrario a Pedro, con lo que también invalidó buena parte de las virtudes del alicantino, con la pierna cambiada.

Cerca del descanso, el Granada había madurado el partido y el gol parecía poder llegar. Avisó Víctor Díaz con un cabezazo al poste y dos minutos más tarde, el árbitro no vio una clara mano de Borja San Emeterio, que sin voluntariedad, cortó un remate prometedor de Joselu. Al borde del intervalo, con el equipo desbordando, Álex Martínez y Joselu tuvieron el 1-1, sobre todo en un cabezazo del onubense mandado a córner por Soriano.

Dio la impresión de que el tiempo se cumplió en el momento más inoportuno porque la puesta en escena en la segunda mitad no fue la mejor. El Sevilla Atlético volvió a encontrar superioridad en el centro del campo y le birló la posesión al Granada, que sin embargo se encontró con lo que buscaba. De nuevo, la pizarra del míster dibujó una pillería entre Pedro y Joselu para que el extremo le pusiese la bola al delantero en el pico del área pequeña, sorprendiendo este con un disparo tremendo (53').

Quedaba un mundo por delante para buscar la remontada. El público y el equipo eran una botella de gaseosa agitada pero, de nuevo, los visitantes aplicaron formol. Pararon el partido y al Granada se le bajó la euforia. Si el líder quería ganar, tendría que ser pasando por encima del filial. Oltra sacó a Puertas después de diez minutos, echó a Joselu a banda y puso a Manaj en punta. No varió el panorama y el albanés estuvo más apagado que en otros partidos.

Se pasó del posible 2-1 en un disparo a bocajarro de Pedro repelido por Soriano, el mejor del Atlético, a la ventaja definitiva del oponente. Llegó en otro córner que culminó el estruendoso partido de Chico Flores, que se dejó la marca de Fede para que con comodidad cabeceara el 1-2. Aquello era irremontable. Se cerró más el Sevilla Atlético y con más cansancio encima, el Granada movió más lento aún el balón. Probó Oltra hasta con el doble delantero. Metió a Licá y a Kunde, que lejos de cambiar mantuvieron el nivel mediocre en la toma de decisiones. Soriano tenía un imán en los guantes y por dentro había muchos cepos. El choque murió con otra malísima noticia: la roja a Montoro por darle una patada a Aitor. Le impedirá estar en León y lo mismo en alguno más... Y el siguiente en casa es el Huesca.

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