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Romper rachas así (1-2)

  • El Granada acaba con cuatro meses sin triunfos a domicilio al ganar un partido que perdía en el minuto 81 con golazos de Machis y Kunde.

  • El Córdoba vende cara su derrota.

Más que un partido de fútbol, el Córdoba-Granada fue un combate de boxeo. A ver quién noqueaba a quién, cada uno con sus armas. Los locales con el contragolpe basado en una delantera de mucha calidad, de muchos más quilates de lo que dice su clasificación. Los visitantes, a base de picar piedra, de orillar cada metro de terreno al Córdoba, remontaron un partido que pudieron perder pero que también se curraron para ganar. Cuatro meses después, al equipo rojiblanco se le cortó la sequía de triunfos a domicilio. No podía ser de otra forma, sufriendo y remontando, aunque más en el alambre que en Alcorcón en el ya lejano mes de octubre. Se aprovecharon los tropiezos de los rivales, se asienta el equipo entre los puestos de fase de ascenso tras tres victorias seguidas, y todo se ve ahora desde otro prisma a pesar de ir perdiendo hasta el minuto 82.

El partido fue un combate de trincheras, un cuerpo a cuerpo... Un duelo de supervivencia. Porque el Córdoba se estaba jugando la vida y el Granada su credibilidad y su autoconfianza. Una derrota que hubiera sido un mazazo para el equipo, una confirmación de que fuera de casa se estaba escapando el ascenso directo, y el mayor anclaje en la memoria de la incapacidad como foráneos. No llegó a pasar para el bien del grupo de Oltra, que tiene además el beneficio de poder saborear la victoria sabiendo que no estuvieron ayer bien en El Arcángel.

Al Córdoba no le fue suficiente la gasolina moral del cambio de entrenador, además de uno como José Ramón Sandoval, más que un técnico de fútbol, un motivador nato, un psicoanalista de grupos que funciona bien en situaciones límite como la del conjunto blanquiverde. Más que vender cara su derrota, el Córdoba hizo todo lo posible para llevársela. Se multiplicaron en defensa, incomodaron al Granada y le hicieron ser ese equipo estéril que asoma cuando traspasa el límite provincial. Hicieron buena hasta la efectividad, marcando justo antes del descanso su gol, una obra de arte que rescató la clase que muchos jugadores de Segunda tienen. Pared entre Sergi Guardiola, un ex del Granada que dio guerra para hasta el aburrimiento, y Alfaro, un trotamundos nacido de la factoría del Sevilla, que culminó este. Era el 50% de acierto ya que antes perdonó Jovanovic el primero en un mano a mano con Javi Varas.

El Córdoba solo tuvo esas mientras que el Granada acumuló tentativas, aunque casi todas lanzadas con fuegos de artificio. Mucho llegar pero sin concretar. El equipo no estuvo fino en la primera parte, con pelota pero sin fluidez, en parte por un césped nuevo pero muy seco, y por el férreo marcaje al que fue sometido Machis. Solo tenía algo de claridad la banda derecha, con Pedro voluntarioso pero desacertado, y un Víctor Díaz que puede ser uno de los mejores centradores de la categoría. Pero ni aún así convence el 1-4-4-2 que repitió Oltra ayer con respecto al duelo ante el Valladolid.

En la segunda parte, el que sufriera del corazón lo tenía chungo para poder ver el partido. Se convirtió por momentos en un ida y vuelta, aunque aún más controlado por el Granada. El Córdoba se fue sin complejos a sentenciar, algo que pudo hacer en un contragolpe con triple remate que sacó agónicamente la defensa, y en un remate tremendo de Fernández que transformó a Varas en Árpad Sterbik.

Oltra veía que se le iba el partido e hizo cambios que al fin le dieron resultado. Primero quitó a Pedro para meter a Agra, que demostró una vez más que puede revolucionar a este Granada. Con el luso en el campo, el Córdoba ya tuvo más dudas y dejó algo más libre a Machis, que entró más en juego y al que le hicieron dos penaltis, uno de libro, que no vio el árbitro. Como el 1-1 no llegaba, el valenciano cambió a un 3-5-2 con la entrada de Peña por nada menos que Álex Martínez. Los acercamientos fueron cada vez más claros. Entonces llegó otra nueva individualidad de Machis para recorrerse toda la frontal desde su banda y soltar un zurriagazo terrible.

Contestó Sandoval metiendo a Reyes para que tirara una falta y encendiera de nuevo a un casi lleno Arcángel, pero el fuego de Agra por su lado dio la victoria al Granada. Llegó a un rechace para centrar a Ramos, forzar el rechace de la zaga y que Kunde llegara endiablado para fusilar a los 87 minutos. El recurso del balonazo y la desesperación cordobesista al final quedaron en nada. Por fin se acaba esta racha terrible lejos de Los Cármenes. ¿Habrá sido a tiempo para llegar a luchar por los dos primeros lugares de la tabla?

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