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El holandés John Metgod tampoco era la solución

  • El titular es una broma, como la temporada de un equipo ya descendido

El Granada certificó en Anoeta su descenso a Segunda. Era una noticia esperada porque el equipo llevaba, tanto futbolísticamente como moralmente, muchas semanas en la división de plata. Las matemáticas bajaron al cuadro rojiblanco en San Sebastián el día que se estrenaba como segundo entrenador el holandés John Metgod. Su llegada, evidentemente, no iba a servir para alterar la marcha del equipo ni para reparar sus múltiples problemas. Todo lo contrario, firmar a un técnico ayudante sólo unas horas antes de bajar es simplemente un capítulo más de una campaña absolutamente surrealista. El titular de esta noticia es una broma, igual que la temporada al completo firmada por el equipo. Algunos todavía no se lo creen y están buscando la cámara oculta.

cambio de sistema

Después de tres partidos lamentables, el inglés Tony Adams decidió hacer una pequeña revolución en el equipo inicial, con la entrada de jugadores como Angban o Aly Mallé, y modificar si dibujo. La principal variación en Anoeta respecto a encuentros anteriores fue que utilizó de inicio un doble pivote. En un esquema 1-4-2-3-1, Angban y Uche formaron dúo en la medular, con Andreas Pereira más avanzado, haciendo labores de media punta. El plan funcionó, ya que esto sirvió para que las líneas estuvieran más juntas y, por consiguiente, para que la Real Sociedad no tuviera fluidez con el balón en ningún momento.

fortaleza defensiva

Andreas Pereira fue el jugador que más salida de balón dio al equipo, que más se ofreció y que más juego ofensivo generó, pese a que Rulli apenas pasó por apuros en todo el partido. La mejoría más evidente llegó en el plano defensivo, ahogando a los locales y manteniendo casi siempre a los realistas lejos de Ochoa. Aly Mallé e Isaac Cuenca replegaron bien y siempre echaron una mano a los laterales. Es como si el hecho de que estuviera ya virtualmente descendido, hubiera dotado al equipo de virtudes de las que carecía últimamente, sobre todo desde la marcha de Lucas Alcaraz. Había movilidad, tranquilidad, solidaridad, soltura con el balón...

agujero a la espalda

Sin embargo, este Granada ha dado sobradas muestras a lo largo del curso de su nula fiabilidad. La Real Sociedad notaba que su principal vía de entrada era su banda derecha, buscándole las cosquillas a Gastón Silva. Y por ahí llegó, en el epílogo del primer tiempo, el 1-0. A los donostiarras sólo les hizo falta una ocasión para marcar. Si alguien aún mantenía esperanzas, otra vez un maldito balón a la espalda de la zaga, las ahogaba de golpe.

subidas de laterales

Destacaron en la segunda mitad las numerosas subidas de los laterales rojiblancos. Foulquier y Gastón Silva progresaron varias veces por sus bandas con relativo peligro. Con Adrián Ramos recibiendo casi siempre lejos del área, Andreas Pereira incapaz de hacerlo todo él solo, los extremos sin desbordar a sus pares nunca y los medio centros sin llegar arriba, los laterales se convirtieron en arma atacante. Foulquier, que según las estadísticas es uno de los jugadores de banda que peor centra en esta Liga, puso al fin un buen balón que Adrián Ramos convirtió en el empate.

intrascendentes

Ninguno de los dos equipos hizo méritos de ahí al final para ganar el partido. Adams, que sólo realizó dos sustituciones de las tres posibles, introdujo en el cambio a Boga y a Ezequiel Ponce, que participaron muy poco en el juego. Fueron sustituciones intrascendentes. Igual hasta hubiera sido mejor continuar con Aly Mallé y Adrián Ramos. Da igual. Con un gol en cuatro partidos y sólo un empate en los nueve últimos, era difícil que el destino decidiera dar al Granada la oportunidad de no bajar en Anoeta. Hubiera sido alargar la agonía, nadar para morir un poco más cerca de la orilla. Por eso, aunque ninguno creo fútbol ni tuvo oportunidades para ganar, el que venció fue la Real. Como es obvio, con otro balón a la espalda de la zaga, aunque en esta ocasión ahí más mérito de Canales y Juanmi que fallo de los nazaríes.

el epílogo

Concluirá el Granada la temporada disputando tres partidos más pese a estar ya en descendido. La lamentable sucesión de hechos ocurridos durante el curso han provocado el justificado cabreo de una hinchada que no se va a consolar con nada de lo que ocurra hasta final de curso, sea lo que sea. Eso sí, para no aumentar la crispación, mejor comportarse en lo que queda como en San Sebastián y no como en los encuentros anteriores. Que se puede bajar, pero ya se ha manchado bastante la camiseta hasta ahora.

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