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La igualdad numérica no fue tal en el campo

  • La estadística muestra un equilibrio irreal, ya que a partir del 0-2 el equipo che manejó el partido a su antojo ante un cuadro local incapaz

Las estadísticas o los gráficos, por mucho que algunos se empeñen, hay bastantes ocasiones en que no reflejan lo que realmente pasa en un encuentro. El duelo disputado ayer entre el Granada y el Valencia en el Nuevo Los Cármenes es un perfecto ejemplo.

Si uno se fija en el cuadro de la derecha se imagina un choque muy igualado en el que cualquiera se pudo llevar el triunfo. Mas si se dejan aparte los números y atendemos a lo que ocurrió sobre el césped, que al final es lo que vale, nos encontramos a un equipo che que dominó el duelo a placer desde que mediado el primer cuarto marcó dos tantos casi seguidos, y a un conjunto local absolutamente incapaz, mostrando muchas de las carencias exhibidas a lo largo del curso, tanto en defensa como en ataque, y que en ningún momento, salvo en los compases iniciales, estuvo cerca de los puntos en juego.

Los cinco saques de esquina rojiblancos, como es habitual, acabaron en el limbo

Dos de los seis disparos efectuados por el Granada en el primer tiempo pudieron cambiar la suerte del envite, pero Carcela-González mandó a las nubes el esférico cuando estaba en franca posición para marcar, y Diego Alves apareció en su primera intervención del mediodía para rechazar el chut lejano de Wakaso.

Lo de después, ya se conoce, dos tantos de Zaza en dos de las primeras llegadas de los levantinos al área local y prácticamente en sus dos primeros intentos entre los tres palos.

El equilibrio fue total en muchas situaciones del juego como pisadas del área contraria con el balón controlado, disparos, intentos que van entre los tres palos o intervenciones de los cancerberos, habiendo también mínima diferencia entre el primer tiempo y el segundo. Pero sólo son números, ya que la sensación de seguridad y de partido controlado de los visitantes fue directamente proporcional a la de impotencia e incapacidad de los locales.

Pese a jugarse mucho más en el duelo el Granada, es curioso que el conjunto que hizo más faltas fue el Valencia, lo que significa, a partes iguales, que los rojiblancos actuaron sin la agresividad necesaria y sin el nivel de inteligencia adecuado.

Como es habitual, los cinco saques de esquina que botó el Granada, tres más que el oponente, se fueron al limbo y no sirvieron para nada.

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