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El mercadeo rojiblanco

  • Un total de 72 futbolistas han tenido licencia esta temporada entre el primer y el segundo equipo, lo que refleja la mala gestión deportiva

La temporada que acaba de concluir en el Granada CF es evidente que no pasará a la historia sino todo lo contrario. El descenso a Segunda División A abre una nueva etapa en una categoría que hace justo siete años era el paraíso tras el ascenso en Alcorcón y que hoy se ve como un pozo deportivo.

Pero para los historiadores y amantes de la estadística de la entidad rojiblanca, la 2016-2017 ha supuesto una de las más densas sobre todo a nivel deportivo por la cantidad de récords negativos que ha acumulado el cuadro presidido por Jiang Lizhang. Pero ha sido el impresionante número de jugadores empleados en el primer y segundo equipo lo que ha marcado un curso que, con el paso de los años, se recordará como aquella temporada en la que se vistieron la elástica rojiblanca hasta 63 jugadores entre los dos principales equipos del club, a los que hay que añadir cinco más en el 'A que en algún momento fueron convocados pero no llegaron a jugar, y otros cuatro en el B' que no llegaron a debutar. En total, 72 futbolistas. Una auténtica barbaridad en una temporada, lo que da muestra de la nula planificación y la mala gestión deportiva que se ha llevado a cabo.

En el primer equipo 35 jugadores han tenido minutos y el en filial han sido un total de 33

En el equipo entrenado en un primer momento por Paco Jémez, posteriormente por Lucas Alcaraz (con la interinidad de Lluís Planagumà) y que terminó siendo dirigido por Tony Adams, han sido un total de 35 los futbolistas que han gozado de algún minuto de juego, incluidos los cinco del filial que han ayudado en algún momento como Hongla, Estupiñán, Aly Mallé, Jean Carlos y Juanan Entrena. Sin embargo, hay otros cinco que ya sea por aún permanecer en la primera plantilla al inicio de la temporada antes de que se cerrara el mercado veraniego, como Fran Rico o Sergi Guardiola; o bien porque no han contado a nivel deportivo, han tenido ficha. En este último caso figuran tres porteros: Oier, que sólo disputó 90 minutos en Copa del Rey ante Osasuna antes de marcharse al Levante, y los inéditos Kelava y el portugués Rui Silva, que tiene contrato para la próxima campaña pero al que no se le ha visto vestido de corto. En total, 40 profesionales que han hecho trabajar y mucho al encargado de las licencias en la Liga de Fútbol Profesional que se ha merecido unas buenas vacaciones ante tanto movimiento de jugadores. Casi dos plantillas, lo que dice mucho de la inestabilidad y el criterio deportivo seguido a lo largo de la temporada si es que lo ha habido.

En el Granada B, donde sí se consiguió de manera tranquila el objetivo de la permanencia, la situación ha sido similar aunque en un filial el trasiego de futbolistas es más normal al poder contar con el juvenil en caso de necesidad. Planagumà le ha dado minutos a un total de 33 jugadores, entre los que se incluyen los cinco que subieron al A anteriormente citados. Pero además, otros cuatro han sido convocados en algún momento si bien tres de ellos son juveniles (José Luis, David Romero y Juan) y lo hicieron en la recta final una vez conseguida la salvación. El cuarto es Nauzet, un portero que llegó libre el último día del mercado invernal procedente del CF Fuenlabrada, del Grupo II de la categoría de bronce y que ni siquiera ha llegado a debutar.

Dicen que las cosas no suceden por casualidad y cuando se tienen dos equipos y jugadores para montar tres plantillas en un mismo año es porque las mentes pensantes no han dado pie con bola. Y eso, sin entrar a valorar la propiedad de los jugadores que sería la segunda parte de esta historia. Un mercadeo que ha mandado al Granada CF a Segunda por méritos propios.

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