ESPANYOL | granada CF

Un necesario soplo de aire fresco

  • El maliense debuta con la elástica rojiblanca siendo el mejor de un equipo que culmina una primera vuelta lamentable

  • Realiza las mejores acciones de ataque de los de Alcaraz

La falta de extremos en la plantilla del Granada CF ante la ausencia de Mehdi Carcela-González, la falta de ritmo de Cuenca provocada por sus problemas físicos y el nulo rendimiento de Atzili, le dieron a Aly Mallé la opción de debutar ayer con el elástica rojiblanca.

El extremo africano, un fijo en los dos últimos meses en el once de Lluís Planagumà con el filial, gozó de la oportunidad que deseaba tras aterrizar a finales del mes de julio en la concentración del Granada B en La Manga. Le costó adaptarse pero poco a poco se fue ganando su sitio en el segundo equipo de la entidad. Recién llegado, Paco Jémez se lo llevó a Córdoba en un duelo amistoso de pretemporada donde llegó a disponer de minutos, pero ha sido en las últimas tres semanas cuando Lucas Alcaraz lo ha empleado de manera definitiva en los entrenamientos de la primera plantilla. Ante Osasuna ya fue convocado y ayer salió de inicio para ocupar el extremo derecho del ataque granadinista.

Balón de Bronce en el Mundial sub-17 de 2015, demostró mucho desparpajo y calidad

La perla nacida en Mali, concretamente en Bamako, forma parte del entramado de jugadores controlados por Gino Pozzo. Subcampeón en el Mundial sub-17 disputado en Chile en el 2015, a sus 18 años demostró, por encima de todo, desparpajo. Un soplo de aire fresco necesario en un equipo hundido que tendrá que hacer una impresionante segunda vuelta para salvarse.

En la primera mitad, la actuación de Mallé fue lo único positivo de los rojiblancos junto a la inteligencia de Pereira en la falta que supuso el tanto del empate. Aunque comenzó algo tímido, conforme fueron avanzando los minutos se sintió más cómodo. De hecho, en los diez primeros minutos trabajo más en defensa teniendo muy poca presencia en ataque.

Zurdo cerrado, jugó a pierna cambiada, por lo que casi siempre buscó la diagonal cuando recibió pegado a la cal. Así llegó su primera acción destacada con un centro al área que no tuvo consecuencias (14'). Un minuto más tarde, en una nueva diagonal y tras recibir de Lombán, realizó una nueva diagonal para buscar el disparo desde 25 metros que detuvo Diego López sin problemas.

Suya fue la jugada individual que terminó con la falta en la frontal que supuso el tanto del empate del Granada CF. Iba a más y tenía confianza cada vez que recibía el esférico. Prueba de ello fue la jugada individual que se marcó en el ecuador del primer acto tras recuperar el balón. En dicha acción, mostró sus recursos al hacer una pared con un compañero, realizar un autopase y ceder en corto.

Tanto en largo como en corto, fue buscado por sus compañeros que veían en Aly a una opción más que válida a la hora de atacar, todo lo contrario que la banda izquierda donde Boga apenas desbordó y de hecho se quedó en la caseta tras el descanso.

En la segunda mitad tuvo menos protagonismo porque el tercer tanto terminó por matar el choque. Aún así, y pese a que le costó entrar en el duelo porque a su equipo le costaba llegar al área rival, fue de menos a más. Fue de lo poco que se salvó cuando recibió el cuero, encarando siempre y generando dudas en la zaga perica. Forzó un par de saques de esquina, se asoció bien con Pereira y Foulquier e incluso llegó a botar un córner.

Sin embargo, el ritmo de partido, al que no está acostumbrado, le pasó factura y el último cuarto de hora se le hizo muy largo. Sea por un exceso de ganas o por el desgaste físico, lo cierto es que su presencia ilusiona aunque no sea propiedad del Granada. Se ganó un puesto por méritos propios por personalidad y alegría. Algo muy necesario en un conjunto que huele la Segunda División si nadie lo remedia.

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