Mujeres Hoy

Manual de buenas prácticas para buenos empleadores

  • La Asociación para la Igualdad y la Solidaridad y la Junta han elaborado una guía de los derechos y deberes del sector

Una pancarta de protesta contra la construcción del tanque.

Una pancarta de protesta contra la construcción del tanque. / álex cámara

El hogar no es solo el ámbito de la intimidad familiar, también es un entorno de trabajo sujeto a normas, derechos y deberes que tienen que cumplirse a rajatabla. En un sector en el que el trabajo se desarrolla en la sombra, aquejado por una elevada tasa de economía sumergida que condena a las empleadas a la más absoluta indefensión, no está de más recordar que el del hogar tiene que ser un trabajo como otro cualquiera. De ahí que la Asociación para la Igualdad y la Solidaridad (AIS) haya elaborado, con la colaboración de la Junta de Andalucía, un 'Manual de Buenas Prácticas en el Trabajo Doméstico' que pretende ser una "llamada" para romper con la desigualdad que amenaza a estas trabajadoras. "Es de justicia que las trabajadoras del hogar y de cuidados tengan los mismos derechos y reconocimiento que cualquier otra", explica la coordinadora de la AIS, Gloria Fernández.

El manual incluye una lista de deberes y derechos de las empleadas y de las empleadoras; un catálogo de estereotipos del sector que hay que desechar; y un repaso por las condiciones laborales y salariales del sector.

El documento también desmonta estereotipos, como que las internas están disponibles 24 horas

En lo que respecta a los empleadores, las buenas prácticas dictan que deben pagar el salario de acuerdo a lo convenido; inscribir a la trabajadora en la Seguridad Social; y concederle los descansos a los que tiene derecho, así como las vacaciones, días festivos y permisos. Además, entre los deberes de un buen empleador -que equivalen a los derechos de los empleados- también destacan el pago de horas extras, la emisión de nóminas, la aplicación los aumentos salariales correspondientes y la facilitación de útiles de trabajo y ropa adecuada.

En el caso de las trabajadoras, sus deberes coinciden con los del resto de trabajadores: hacer aquello para lo que fueron contratadas; presentarse puntuales a trabajar; avisar con anticipación en caso de tener que faltar al trabajo; cuidar de los materiales y la ropa; tratar con respeto a la empleadora; y observar las medidas de seguridad e higiene que se adopten.

El manual también recoge una lista de estereotipos comunes que no responden a la realidad, como que las empleadas inmigrantes trabajan por menos dinero (cuando la realidad es que a igual trabajo debe haber igual salario) o que tienen menos necesidades en cuanto a alimentación, descanso o relaciones con familiares. La guía también recuerda que las ni las trabajadores del Este "lo aguantan todo", ni las de los países de América del Sur son "sumisas y cariñosas", dejando claro también que una trabajadora doméstica interna también tiene derecho a sus horas de descanso, sin estar 24 horas disponible para su empleador.

El manual, que fue presentado también por la delegada del Gobierno de la Junta, Sandra García, surgió de la necesidad de contar con un instrumento de información y asesoramiento, con el objetivo de poner en valor el trabajo doméstico "como motor imprescindible para el sostenimiento" de la vida familiar.

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