Me han contado, yo sigo siendo de tierra dentro, que es época de mareas vivas, en la entrada de la primavera se producen las mareas más extremas del año. Las grandes mareas, altas y bajas, son fuente de vida, los animales, incluidos los humanos, aprovechan las mareas para recoger y alimentarse con los nutrientes que el mar arrastra. Estas grandes mareas mueven arenas, renuevan perfiles y paisajes.

En Jerez surgen mareas ciudadanas de múltiples colores. No es casualidad la reacción frente al riesgo de desmantelamiento de cobertura de los derechos sociales básicos. Este pantone de voluntades debería jugar el papel, activo y consciente, de las mareas regeneradoras, dando respuestas viables y coherentes. El diagnóstico es correcto, para sostener los sistemas universales de calidad, Sanidad o Educación, necesitamos más financiación, y una gestión eficaz, eficiente y transparente.

Jerez necesita completar su mapa de Atención Primaria con presupuesto y gestión diferenciada y un plan integral para la gestión de los tiempos y listas de espera. A las urgencias hay que darle solución. Se plantean buenas ideas, Centros de Alta resolución en cada comarca del Área, Hemodinámica, ampliación de la de Cirugía Vascular, Radioterapia, Traumatología, etc. No hay justificación política ni técnica para que gran parte de la población dependa de una empresa privada a la que la Junta de Andalucía, cinismo o clientelismo, cede la gestión en competencia desleal con el propio sector público sanitario que lo financia.

Sueño con mareas, con gestores que entiendan que el rumor de las olas es una oportunidad a potenciar, la implicación colectiva es el soporte para servicios viables y de calidad. Sigo soñando con mareas vivas pero me despiertan mediocres ciclones, aparatos partidarios, que atacan nuestros servicios públicos desde dentro.

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