Entre Poniente y Levante

Hablar con Dios

La respuesta se hace negación. -Lo siento, no es posible-. ¿Qué hacer?: pues pedir que me pasen con su superior

Sí, ésta ha sido la máxima en toda época y religión. Poder contactar con el ser superior que a todos nos ve y a todos nos vigila. Pocos en la historia han podido lograr tal hazaña. Eso seguro. Es más, cuando alguien me aseguró que lo había hecho, lo estimé una boutade, pero asegurándome finalmente comprobé que no había sido más que otra artimaña de alguien que pretendía engordar su currículo.

Se nos había afirmado que, ante cualquier eventualidad, se nos atendería sin demora, como si aquello fuese una clase de nirvana donde se solucionarían nuestras congojas. "Ante cualquier inconveniente, póngase en contacto con el número de atención al cliente y un operador le atenderá", habían dicho. Nada de nada.

La respuesta se hace negación. -Lo siento, no es posible-. ¿Qué hacer?: pues pedir que me pasen con su superior.

¡Oh, cielos! Con ese credo lo he intentado por activa y por pasiva, sin diferencias: Orange, Vodafone, Movistar, recientemente con Jazztel y con Yoigo y siempre con el mismo sostén, me ha contestado un o una agente que, como un San Pedro cualquiera celando las puertas del cielo ha repetido que no es posible hablar con su coordinador.

Pedí a todos los santos que me pasarán con él, clamé al Espíritu Santo una breve audiencia siquiera para conocer de primera mano su cierta existencia, pero no fue posible. Ni siquiera cuando en un plano posterior invoqué al infierno y a todos sus ángeles custodios, la operadora en su mejor papel de un cancerbero divino decidido a no dejar pasar ni una leve brisa de aire, me lo frenó con una frase que cualquier otro sufridor reconocerá al instante: "no es posible hablar con el coordinador".

¿Quién son esos San Pedros inexpugnables que, con una voz venida de allende el atlántico, defienden a capa y espada cualquier intento de penetración en ese cielo tenebroso que son los números de atención al cliente?, ¿existe realmente el coordinador de los operadores, o es realmente algún mito erigido para convencernos de que verdaderamente existe un "más allá"? ¡No lo sé!

Me reconozco pecador por dudar de su existencia y por tal motivo podré ser condenado a las penas del infierno. Pero, convencido como estoy que, si llamas a las puertas del cielo un buen San Pedro te dará paso y atenderá tus cuitas, intentaré ganarme el cielo de las operadoras cada vez que necesite de su consejo y sostén. Ahora bien, si esto es el cielo, no me imagino qué será el infierno.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios