No son pocas las hermandades que están ya solicitando a sus hermanos el consentimiento escrito y expreso de sus referencias personales con fines informativos, administrativos, económicos, redes sociales, incluso procesionales. Con ello, se pretende cumplir la normativa de protección de datos en los términos que la actual legislación española advierte. La práctica es responsable, pues en muchos casos se prohibe expresamente la edición en redes sociales de fotos de menores o simplemente de hermanos nazarenos que no hayan dado su consentimiento al respecto.

Excelente. No debemos olvidar todos los cofrades que el patrimonio más importante y al mismo tiempo, tal vez, el más vulnerable que poseen nuestras cofradías, son sus hermanos, individualmente y en su conjunto. En algunos casos se indica también que incluso los listados públicos de la cofradía en las redes sociales y páginas web tras el reparto de papeletas de sitio necesitan de semejante autorización, sobre todo si se trata de menores de corta edad. Perfecto. Tendremos que acostúmbranos a los nuevos tiempos tan globalizados y complejos.

No obstante, la cesión y autorización de determinados datos personales a nuestras hermandades no debe hacer relegar la responsabilidad que éstas adquieren en la buena utilización de los mismos por los establecimientos y diputaciones encargadas de su gestión: mayordomía, secretaría, priostía o juventud. En este sentido, la pretendida autorización de los menores de edad a salir de nazareno por parte de sus padres o tutores, que ya se solicita en muchos repartos de papeletas de sitio, no debe ser un mero trámite sin más argumentos ni compromisos que los formales legales. Los hermanos que tienen responsabilidad en las juntas de gobierno, como sobre todo los diputados de tramos, adquieren un débito inexcusable en la guarda y custodia de esos menores durante toda la estación de penitencia por encima incluso de la estética cofradiera.

Los difíciles tiempos que vivimos nos obligan a ello con generosa entrega y sacrificio.