John Wetton. Músico

"Seguir haciendo temas de nueve minutos en los 80 habría supuesto el fin"

  • Miembro histórico de King Crimson y pieza clave del rock británico en los 70, Wetton visitará la Sala París 15 el próximo día 18 con el 'dream team' de Asia que completan Geoff Downes, Steve Howe y Carl Palmer

El bajista y cantante John Wetton (1949, Derbyshire, Inglaterra) sólo formó parte de King Crimson durante tres años, entre 1972 y 1974, junto a Robert Fripp y Bill Bruford. Pero este plazo le bastó para sentar cátedra a través de tres álbumes imprescindibles en la discografía no solo de aquella banda, sino de toda la historia del rock: Lark's tongue in aspic, Starless and bible black y Red. En 1982 formó la banda Asia, un verdadero dream team de leyendas de los 70 junto a Steve Howe (Yes), Geoff Downes (Yes y The Buggles) y Carl Palmer (Emerson, Lake & Palmer) que vendió millones de discos. Tras numerosas entradas y salidas de componentes, el grupo recuperó en 2006 esta formación original, la misma que visitará el próximo día 18 la Sala París 15 para presentar su último disco, Omega. Wetton publicará además este verano su nuevo trabajo en solitario, Raised in captivity, en el que participan Robert Fripp, Steve Hackett y Steve Morse.

-¿Ha cambiado mucho el modo de trabajar en Asia desde los 80?

-Hemos cambiado mucho como personas, lo que es inevitable y además se traduce de manera directa en nuestra música. Ahora tenemos más paciencia, nos escuchamos más y somos más tolerantes. Si surge algún problema lo arreglamos nosotros cuatro, cuando antes tenían que intervenir otros elementos desde fuera. Desde la reunión de 2006 trabajamos como si fuéramos un solo músico, con mucha más seguridad.

-¿La formación original es entonces la mejor posible para el grupo?

-Sí. La prueba de ello es que desde finales de los 80 hemos intentado con otras muchas formaciones y ninguna ha funcionado. Cuando nos reunimos en 2006 lo tuvimos claro: o lo hacemos los cuatro o no lo hacemos. Y así ha sido.

-¿Ha respondido el público tal y como esperaban?

-La respuesta ha sido fantástica, mejor incluso de lo que podíamos imaginar. En la gira que terminamos recientemente por Estados Unidos hemos llenado el aforo en casi todos los conciertos y hemos encontrado a gente de edades muy diversas. La sensación respecto a nuestros seguidores es muy buena, en directo alcanzamos una energía que antes se nos resistía. Por nuestra parte, no tenemos reparos en ofrecer lo que nos piden: tocamos dos o tres temas de nuestros últimos discos y dedicamos todo lo demás a lo que hicimos a principios de los 80. Es absurdo pretender hacer un concierto de Asia sin tocar Heat of the moment.

-A pesar del éxito, en los 80 tuvieron no pocas críticas negativas que acusaban a Asia de ser un producto comercial. ¿Le ha dado el tiempo la razón al grupo?

-Seguramente. Aquellas críticas eran comprensibles e inevitables: cualquier cosa que se nos hubiese ocurrido hacer en los 80 habría tenido que someterse a la comparación con lo que hicimos en los 70, con King Crimson u otras bandas. Pero en aquellos años todo cambió muy deprisa, la MTV impuso su criterio y ninguna radio aceptaba nada que durara más de tres minutos. Si hubiésemos seguido haciendo lo de siempre, habríamos perdido la oportunidad de acceder a un público enorme. Así que cambiamos el formato y vendimos millones de discos. Pero si hubiésemos seguido haciendo temas de nueve minutos, aquello habría supuesto el fin. Hoy, después de tanto tiempo, creo sin embargo que la música es un fenómeno muy complejo e imprevisible, y que si Asia tuvo éxito en los 80 no fue por una planificación ni nada parecido, sino, seguramente, por algo que no controlamos.

-Otro grupo que tuvo críticas muy duras en los 80 después de un gran reconocimiento en los 70 fue Genesis. Una vez oí a Tony Banks decir que una de las mejores consecuencias que trajo hacer canciones cortas fue que muchas mujeres comenzaron a interesarse por la banda. ¿Diría usted lo mismo?

-Sí, así es. En los conciertos de King Crimson nuestro público era masculino en un 90%. Y en Asia, desde el comienzo, nuestro público estuvo repartido entre hombres y mujeres al 50%. Sin duda es otra de las razones por las que no me arrepiento en absoluto de haber dado aquel giro en los 80.

-¿Tiene prevista la formación original de Asia su continuidad?

-Sí. El año que viene cumpliremos nuestro 30 aniversario, así que vamos a remasterizar algunos de nuestros primeros discos y a lanzar otro álbum con material nuevo. Y lo celebramos con otra gira, claro.

-Para su nuevo disco en solitario, Raised in captivity, ha contado con Robert Fripp, con el que no trabajaba desde Red, en 1974. ¿Cómo fue el encuentro? ¿Rememoraron mucho su etapa en King Crimson?

-Sí. Robert vino a mi casa a tomar café y durante tres horas no hicimos más que hablar de aquellos años, de todo lo que hicimos en King Crimson. Luego fuimos al estudio y lo primero que hicimos fue tocar Fallen angel. Y por último me dejó grabadas más de cuatro horas de soundscapes para mi disco. Fue una gozada. Tenemos muy buena relación y hoy considero que lo que hicimos constituye un legado que no se debe perder. Estoy particularmente orgulloso de mi etapa en King Crimson y de ningún modo reniego de ello.

-¿Qué ocurrió en Inglaterra para que entre finales de los 60 y mediados de los 70 aparecieran tantas bandas imprescindibles? ¿Tal vez algo llamado The Beatles?

-Exacto. Ellos lo cambiaron todo. En su día significaron lo que los equipos y jugadores españoles significan hoy para el fútbol. Estuve en Wembley viendo la final de la Champions y el Barcelona no se parecía a nada que hubiera visto antes. Así ocurrió con The Beatles: tomaron más de 400 años de tradición musical en Inglaterra, la resumieron en el formato del rock y nos la sirvieron en bandeja. Fueron una inspiración clave al demostrarnos que aquello era posible. También fue decisivo el hecho de que nos conociéramos todos: los miembros de King Crimson, Genesis y Pink Floyd éramos amigos desde muy jóvenes, así que si alguno se largaba no había muchos problemas para encontrar un sustituto.

-Su aportación al sonido del bajo eléctrico ha sido decisiva, pero ¿quién es, en su opinión, el mejor bajista de la historia del rock?

-Johann Sebastian Bach.

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