Ignacio Torner. Miembro de Taller Sonoro

"Los músicos tenemos que adaptarnos a las condiciones del mercado"

  • El intérprete acaba de regresar de Bogotá, donde ha participado en unas jornadas de creación con destacados compositores colombianos de la actualidad como Harold Vásquez, Rodolfo Acosta o Daniel Leguizamón.

Profesor y pianista de amplia trayectoria en diversos campos de la música sevillana, de la polifonía renacentista al experimentalismo electrónico, Ignacio Torner acaba de volver de Colombia, donde ha participado con el conjunto Taller Sonoro en unas intensas jornadas dedicadas a la creación contemporánea.

-¿Cómo surgió la ocasión de cursar esta visita?

-Fue en la Feria de Industrias Culturales que se celebró en Fibes hace un par de años. A ella asistió María Claudia Parias, gerente de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, a la que presentamos un proyecto que le pareció interesante.

-¿En qué consiste?

-Nos ha dado muy buenos resultados allí donde lo hemos realizado, dos veces ya en Perú, una en México y otra en Argentina, donde fue doble, porque lo hicimos en Buenos Aires y en Rosario. Se trata de una semana completa de trabajo, que incluye un curso de composición de un autor que viene con nosotros (esta vez ha sido César Camarero), talleres instrumentales de repertorio y técnica contemporánea para alumnos universitarios o de grado superior, un concierto de música de autores del país que nos recibe y un concierto centrado en el compositor que nos acompaña, aparte de diversos encuentros programados entre instituciones, compositores e intérpretes locales y Taller Sonoro.

-¿Qué ambiente musical han encontrado en Colombia?

-En muchos sentidos, sorprendente. Solo en Bogotá hay 15 universidades que ofrecen cursos de música. Además existe una gran coordinación entre todas las instituciones, y eso hace que el engranaje de cualquier proyecto musical sea tan limpio que todo funciona sin apenas contratiempos. Estas jornadas las organizaba la Orquesta Filarmónica de Bogotá, la orquesta municipal de la capital, que mantiene acuerdos de colaboración prácticamente con todas estas universidades. De hecho, sus conciertos de abono se celebran en auditorios universitarios, como el León de Greiff, una sala extraordinaria con capacidad para 1.800 espectadores que pertenece a la Universidad Central y que es donde ofrecimos uno de nuestros conciertos. El otro fue en el Auditorio Fabio Lozano de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, una espléndida sala de cámara, con una acústica espectacular.

-¿Y en el terreno de la composición qué se han encontrado?

-Colaboramos con maestros consagrados, como Harold Vásquez, Rodolfo Acosta o Daniel Leguizamón, pero también con otros más inexpertos, y ahí se nota quizá algo la distancia con Europa, aunque desde hace 20 o 30 años están trabajando mucho y bien: la Filarmónica tiene diversos proyectos en marcha que incluyen cursos, becas y residencias para alumnos de música de todas las universidades. Son muchos los estudiantes que vienen a Europa a formarse para volver luego como profesores a Bogotá.

-¿Qué ha supuesto esta experiencia para Taller Sonoro?

-Artísticamente es fundamental: hemos conocido a todos los grandes compositores colombianos en una semana. Eso supone una cantidad de información brutal y muy necesaria para un conjunto como el nuestro que vive de la creación actual. Pero además hemos abierto muchas líneas de trabajo. El concurso nacional de música de cámara de Colombia estará dedicado desde 2013 a Taller Sonoro: tendrán que escribirse obras para nuestra formación, un miembro de Taller Sonoro formará parte del jurado y nosotros nos comprometemos a estrenar las obras premiadas en España. Hemos alcanzado también un acuerdo de colaboración entre el Laboratorio de Nuevas Músicas de Bogotá (que tiene un carácter muy experimental) y nuestro LEMAts (Laboratorio de Electrónica Musical de Andalucía - Taller Sonoro), por el cual intercambiaremos obras y proyectos. Además van a becar a alumnos para que asistan a nuestros cursos y se está trabajando en la posibilidad de que bequen a un compositor anualmente para que sea compositor residente de Taller Sonoro en Sevilla. El encuentro ha sido muy fructífero.

-¿La situación económica española es una amenaza para el sector de la música contemporánea?

-Sin duda. En Andalucía había poca actividad de contemporánea y con la crisis esto puede terminar siendo un auténtico erial, pero esta situación también tiene algún aspecto positivo: debería servir para hacer despertar a los músicos de una vez. Necesitamos mentalidad empresarial. Tenemos que adaptarnos a las condiciones del mercado. No podemos quedarnos sentados esperando a que nos caiga la subvención de turno. Tenemos que ofrecer productos competitivos, cada uno dentro del mercado del tipo de música al que se dedica. Fíjese que 2012 ha sido el año en que más conciertos hemos dado de toda nuestra historia. No sólo eso: ahora, entre noviembre y diciembre vamos a inaugurar un festival en colaboración con Cajasol; serán tres conciertos de otros tantos conjuntos españoles de relevancia más uno nuestro. Esto significa que pueden hacerse cosas, pero trabajando con esta mentalidad. No se puede funcionar de otra forma, porque la situación de las instituciones es pésima: los presupuestos se recortan, los ciclos desaparecen, los pagos se retrasan...

-¿Tiene Taller Sonoro problemas de ese tipo?

-Claro, como todos. Nosotros manejamos un presupuesto anual de unos 100.000 euros. Pues bien, en este momento, entre distintas administraciones españolas nos deben casi 45.000. Hablo de trabajos hechos y facturados hace meses, con el IVA, el IRPF y la Seguridad Social ya abonados. Lo normal en el extranjero es cobrar como mucho en el plazo de un mes. Y aquí pasan meses y seguimos esperando. Esto es un problema grave.

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