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Brown afronta un nuevo escándalo tras la difusión de los gastos personales de su Gobierno

  • El mandatario asume que el sistema "no funciona" tras trascender que pagó a su hermano 6.500 libras por la limpieza de su piso de Londres.

La difusión de los gastos reclamados por los miembros del Gobierno británico en virtud de sus prerrogativas como miembros del Parlamento ha provocado una tormenta política en Reino Unido que amenaza con sentenciar la maltrecha popularidad del primer ministro, Gordon Brown, a un año de las elecciones generales en las que los laboristas se juegan el cuarto mandato.

El Daily Telegraph publica el listado completo de los gastos demandados por los integrantes del Ejecutivo, comenzando por el propio Brown, quien ha tenido que afrontar la polémica por las 6.500 libras (unos 7.150 euros) que habría entregado a su hermano Andrew para un servicio de limpieza compartido en el piso que posee en el barrio londinense de Westminster.

La polémica representa el último episodio de un mes de despropósitos para el mandatario, quien desde la cumbre del G-20 con la que el pasado 2 de abril aspiraba a recuperar el pulso entre los ciudadanos cuenta los reveses por semanas. 

Antes de la embarazosa difusión del periódico conservador, Brown sufrió el escándalo de la campaña difamatoria sobre los tories orquestada por uno de sus colaboradores, perdió su primera votación en el Parlamento y tuvo que retirar parcialmente sus propuestas de reforma, precisamente, del sistema de gastos de los diputados.

El primer ministro intentó dimensionar los efectos de las revelaciones publicadas por el Telegraph y asumió que el actual modelo "no funciona" y "debe cambiar", ya que aunque la necesidad de pernoctar en Londres para cumplir con las responsabilidades parlamentarias obliga a los diputados a vivir en dos lugares, "es necesario un sistema mejor que el que hay".

Además, en un inédito movimiento, Downing Street difundió una copia del contrato de limpieza de la polémica del piso de Brown y subrayó que no hay nada "inusual o incorrecto" en el hecho de que el mandatario comparta la asistencia con su hermano y que le abone su parte correspondiente.

Sin embargo, el diario que este viernes monopoliza el panorama político en Reino Unido se pregunta por qué el primer ministro no había arreglado directamente el pago con la compañía, en lugar de tramitar el pago a través de su hermano Andrew, quien habría recibido 6.577 libras entre 2004 y 2006 por los servicios de limpieza en el inmueble del mandatario, quien por entonces ostentaba la cartera del Tesoro.

No obstante, la número dos del Partido Laborista, Harriet Harman, aclaró que ninguno de los dos ha obtenido dinero extra y, si bien asumió que "se ve mal y la gente está enfadada", subrayó que las reclamaciones se realizaron dentro de las normas. "Hemos reconocido que el sistema tiene que cambiar, pero la gente ha hecho sus demandas con buena fe bajo el viejo sistema, que hemos cambiado ya y que vamos a cambiar aún más", aseveró en declaraciones a la BBC.

Por contra, en un duro editorial, el diario considera los datos revelados "un escándalo en el corazón de la democracia", puesto que cree que los diputados intentaron aprovecharse de los réditos del dinero que legítimamente están autorizados a reclamar por su escaño en Westminster y que asciende a 24.000 libras en concepto de gastos de segunda vivienda.

No obstante, el periódico no ha confirmado si pagó por una información que, según algunos expertos, podría acarrear problemas legales, entre otras razones por la forma en que fue obtenida. Por su parte, desde Downing Street han incidido en que aunque los datos son correctos, el objetivo de sacarlos a la luz en la actual coyuntura tiene una intencionalidad política clara para minar a los laboristas.

Así, los daños ya acarreados a un Gobierno que en un año debe enfrentarse a las urnas en un contexto de recesión como el actual son claros, como prueban los numerosos foros habilitados en las ediciones digitales de los medios de comunicación británicos que reprueban decisiones impopulares, pero posibles bajo los actuales estándares parlamentarios. 

La información publicada incluye detalles de los gastos de 13 miembros destacados del Gobierno, quienes en su mayoría cobran unos 140.000 libras al año. Entre ellos figura el ministro del Tesoro, Alistair Darling, quien justificó 10.000 libras por la adquisición de una nueva vivienda en Londres; o el de Justicia, Jack Straw, acusado de reclamar durante cuatro años la totalidad de los impuestos de su segunda residencia, pese a que él sólo tenía que abonar la mitad.

El veterano político reconoció que debió haber "prestado más atención", a diferencia de otros colegas de gabinete, como el titular de Negocios, Peter Mandelson, quien optó por el contraataque y consideró la información parte de una "clásica" pauta de comportamiento del diario, al que acusó de orquestar una "campaña de difamaciones sin una sola evidencia". 

"Puedo entender la reacción de la gente, pero hay que reconocer que no ha habido un mal comportamiento", declaró Mandelson, quien según el artículo demandó 3.000 libras por trabajos realizado en su propia casa menos de una semana después de anunciar que abandonaba su escaño en Westminster para ponerse al frente de la Comisión de Comercio de la Unión Europea.

En este contexto, se prevé que en los próximos días el periódico dé cuenta de informaciones de otros diputados, si bien la polémica está ya centrada en un Gobierno al que la oposición reclamó respuestas. El líder conservador, David Cameron, dijo "enteder perfectamente lo enfadada que está la gente" y, además de exigir "explicaciones" -"es lo que los ciudadanos merecen", advirtió-, asumió la necesidad de "reducir y arreglar el sistema".

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