Oriente próximo Washington pretende renovar los lazos con el país

Damasco, cortejada desde fuera pero indecisa en el interior

  • En los últimos meses la capital de Siria se ha convertido en un centro internacional de frenética actividad diplomática donde todo el mundo busca un acercamiento

Presidentes, destacados senadores estadounidenses y altos cargos de la Liga Árabe van a Damasco. Últimamente todo el mundo parece que está cortejando al Gobierno sirio.

En los últimos meses la ciudad se ha convertido en un centro internacional de frenética actividad diplomática. El presidente francés Nicolas Sarkozy estuvo allí, al igual que una delegación de alto nivel de la Unión Europea (UE) y ministros del Exterior. El presidente de la Liga Árabe, Amre Mussa, con sede en Egipto -un país con relaciones cada vez más tensas con Siria-, ha buscado el consejo del presidente sirio, Bashar al Assad.

Sin embargo, lo que realmente se ha convertido en noticia son los encuentros que el presidente sirio mantuvo por separado con el jefe del comité de política exterior del Senado estadounidense, John Kerry, y con una delegación de congresistas.

Algunos analistas árabes se preguntan si Siria realmente puede pasar de su alianza compleja con Irán a ser la esperanza de Washington, o si el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, es serio sobre sus intenciones de renovar los lazos de nuevo con el mundo árabe.

Al Assad dijo a Kerry que "el diálogo es el único camino" para resolver los problemas y que "la política de dictar ha demostrado que no sirve".

Kerry, por su parte, dijo a la prensa que "a diferencia del Gobierno Bush (...) nosotros sí creemos que ustedes tiene que estar involucrados en el debate".

Son buenas palabras, pero algunos analistas locales se preguntan si se traducirán de verdad en un acercamiento real.

Emad Gad, un experto en Oriente Próximo del Centro Al Ahrma para Estudios Políticos y Estratégicos, dijo que ambas partes "tan sólo están tanteando el terreno para ver qué es lo que la otra parte puede ofrecer". Todavía hay asuntos convulsos pendientes entre ambas naciones.

Estados Unidos acusa a Siria de apoyar el terrorismo dando refugio a organizaciones como el movimiento radical palestino Hamas y la Yihad Islámica. Washington objeta también la alianza estratégica de Damasco con Irán y el movimiento chií libanés de Hezbolá. Los agentes estadounidenses recelan del programa nuclear sirio y el Departamento de Estado sigue atacando de forma sistemática a Siria por sus estándares en Derechos Humanos.

"Siria no va a cambiar sus alianzas en la región por unas meras promesas de Washington", dijo Gad. "Esperarán a escuchar ofertas concretas y específicas para comenzar a considerar un compromiso", añadió.

Entre las ofertas clave que a Siria le gustaría escuchar figura el apoyo activo para el retorno a Damasco de los territorios ocupados por Israel en los Altos del Golán. Además también desea incentivos políticos y económicos así como el cese de las sanciones unilaterales impuestas en 2004.

El problema es que incluso si Estados Unidos estuviese dispuesto a hacer concesiones no depende únicamente de la disposición de Washington. "Con el Gobierno israelí inclinándose hacia la derecha, cuando Benjamin Netanyahu asuma el poder las conversaciones de paz se volverán más difíciles que nunca. Siria es por ello escéptica y duda de que Estados Unidos pueda tener una gran influencia en las conversaciones de paz", añadió.

Y Al Assad ha señalado además que Siria no dejará de apoyar grupos tan sólo porque Estados Unidos los incluya en su lista de organizaciones terroristas.

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