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Juncker propone un euro para todos en 2019 que disuada de nuevos 'Brexit'

  • El presidente de la Comisión cambia su discurso y aboga ahora por una Europa de una sola velocidad

  • Pretende que los 27 países estén también en la unión bancaria y el acuerdo Schengen

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, presidió ayer el debate del estado de la Unión en la sede de la Eurocámara en Estrasburgo.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, presidió ayer el debate del estado de la Unión en la sede de la Eurocámara en Estrasburgo. / mathieu cugnot / efe

El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, propuso ayer que todos los países de la UE estén en el euro y en Schengen de cara a la salida del Reino Unido, una medida disuasoria de nuevos Brexit pensada especialmente para los países más al este de la UE.

En el penúltimo estado de la Unión de su mandato, el jefe del Ejecutivo europeo cambió su discurso respecto a hace sólo unos meses y abogó por una Europa de una sola velocidad, donde los socios de la UE y la Eurozona sean los mismos, y los Veintisiete estén asimismo en la unión bancaria y en el acuerdo Schengen.

La salida del Reino Unido es dolorosa. La lamentaremos nosotros, pero ellos también"Juncker no contempla la integración de Turquía en breve porque se aparta del Estado de Derecho

El camino hacia esa UE de modelo único, "en la que no haya países ni ciudadanos de segunda", se allanará mediante un instrumento de adhesión al euro que dé ayuda financiera a todos los países que quieran hacerlo.

También apuntó que el objetivo es que todo el bloque forme parte de la unión bancaria, un grano de arena más para una soñada integración económica que también ayudará a construir un Ministerio de Finanzas europeo.

El luxemburgués precisó que no se trataría de crear un nuevo cargo, sino de que el comisario europeo de Economía y Hacienda asuma esas funciones y también la presidencia del Eurogrupo, el órgano informal que reúne a los ministros de Economía y Finanzas de la Eurozona.

Sobre Schengen, pidió que Bulgaria y Rumanía entren en el acuerdo que permite circular sin fronteras interiores de forma "inmediata", una decisión que bloquea, entre otros, y como suele hacer para todo tipo de asuntos de Justicia e Interior, el propio Reino Unido.

Esa nueva Europa simétrica es para Juncker el paso "valiente" que Europa necesita, una lección de "coraje" que dijo haber aprendido de otros arquitectos de Europa en el pasado, como Jacques Delors o el recientemente fallecido Helmut Kohl.

Juncker no pronunció la palabra Brexit ni nombró al socio británico hasta exactamente una hora después de empezar su intervención solemne en la Eurocámara, con el ánimo, contaron fuentes de su Gabinete, de dejar claro que lo relevante es el futuro de los países que quedarán en la UE.

"La salida del Reino Unido es dolorosa. La lamentaremos nosotros, pero ellos también", dijo Juncker, quien explicó que el Brexit ha sido su mayor decepción en toda una vida dedicada al proyecto europeo, por el que dijo sentir "amor". "Pero no hay amor sin decepción", añadió.

Para hacer menos dolorosa la partida del Reino Unido el día del divorcio final, el 29 de marzo de 2019, Juncker ha propuesto al resto de líderes la celebración de una cumbre en Rumanía, que ostentará entonces la presidencia, para celebrar la nueva etapa de la unión y cerrar políticamente los asuntos pendientes.

En la Comisión, según fuentes diplomáticas, temen que en las elecciones europeas de mayo, sólo dos meses después de la salida del Reino Unido de la UE, los movimientos populistas utilicen el cercano ejemplo del Brexit para sus argumentos euroescépticos.

En el capítulo de propuestas concretas se encuentran nuevos paquetes para estimular el comercio, la industria y la ciberseguridad. También medidas de eficacia y transparencia de las instituciones, como un código de conducta nueva para los comisarios europeos.

También en la controvertida política de inmigración, Juncker confió en que se pueda lograr un acuerdo. Pidió crear vías de migración legales y poner fin a la escandalosa situación de los campamentos de refugiados en Libia. No obstante, los refugiados que no tengan derecho a asilo tendrán que ser devueltos de forma más consecuente que hasta ahora.

Hungría y Polonia se oponen a la admisión de refugiados e inmigrantes. Hungría criticó además recientemente en duros términos un fallo del Tribunal de Justicia de la UE, que ordena al Gobierno de Budapest respetar los acuerdos de reparto de inmigrantes.

Juncker pidió también a todos países preservar los principios conjuntos. "El Estado de derecho en la UE no es una opción, sino un deber", dijo.

"Las sentencias del Tribunal de Justicia hay que respetarlas siempre. No hacerlo o socavar la independencia de los tribunales nacionales significa usurpar los derechos a sus ciudadanos y ciudadanas", dijo.

Además, el presidente de la Comisión Europea no ve posible que Turquía vaya a formar parte del bloque en breve porque el país se aparta del Estado de derecho. "Los periodistas tienen que estar en las redacciones, no en las cárceles", dijo Juncker. "Libere a nuestros periodistas", añadió en un mensaje dirigido al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

La mejor recepción del discurso fue de su familia política, el Partido Popular Europeo, a pesar de que su líder, Manfred Weber, habló más de fronteras y controles a la inmigración que Juncker, que reiteró su idea de que "Europa debe ser el lugar al que puedan dirigirse aquellos que sean perseguidos por las guerras en el mundo".

Grupos como los socialdemócratas europeos, la Izquierda Unitaria y los Verdes dijeron echar en falta más menciones al pilar social y el cambio climático.

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