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Saakashvili sofoca un motín militar en Georgia

  • El levantamiento se produce la víspera de las maniobras de la OTAN en el país, a las que se opone Rusia.

El presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, abortó un incruento motín militar protagonizado por un batallón de blindados la víspera de las maniobras de la OTAN en este país caucásico, a las que se opone frontalmente Rusia. "La situación es estable y está bajo el control de las autoridades. Los organizadores del motín han reconocido que su principal objetivo era abortar las previstas maniobras militares de la OTAN en Georgia", informó el Ministerio del Interior.

Los sublevados, que demandaron, entre otras cosas, que Saakashvili entablara negociaciones con la oposición, se amotinaron en una base militar en Mujrovani, a 30 kilómetros al este de Tiflis. Tras conocerse la sublevación, fuerzas leales al presidente rodearon completamente la base de carros de combate, mientras la televisión mostraba imágenes del desplazamiento, bajo una intensa lluvia, de blindados en dirección a Mujrovani.

Desde un principio, los amotinados -cerca de medio millar- expresaron por boca del comandante de la base, Mamuka Gorgishvili, que no tenían intención de recurrir a la violencia para hacerse escuchar. A las pocas horas, Saakashvili se desplazó personalmente a la base para negociar con los amotinados y conminarles a rendirse, tras lo que éstos depusieron las armas sin oponer resistencia.

Los principales organizadores de la sublevación, entre los que se encuentra el ex comandante de la Guardia Nacional Koba Kobaladze y varios oficiales con lazos con Rusia, han sido detenidos, informó el canal de televisión Imedi. La Policía georgiana arrestó también a cinco oficiales que huían de la base y busca a seis fugados, según el Ministerio del Interior. Además, fueron detenidos trece civiles en relación con el motín y los domicilios de otras personas están siendo registrados en varias ciudades del país. Por otra parte, al resto de militares que participaron en el motín se les vio abandonar la base en autobuses rumbo a otra unidad militar.

El líder georgiano, que llegó al poder en 2003 tras la incruenta Revolución de las Rosas, se apresuró a asegurar que el motín era "un incidente aislado" y que no se había "extendido a otras unidades militares". Responsabilizó de la asonada a "ex mandos del Ejército y la Guardia Nacional", a los que acusó de criminales, y ordenó la detención de todos los implicados.

En un mensaje televisivo a la nación, Saakashvili hizo un llamamiento a Rusia a "abstenerse de acciones provocadoras", tras denunciar que ésta concentra tropas en las separatistas regiones georgianas de Abjasia y Osetia del Sur, cuya independencia ha sido reconocida por Moscú. "Se trata de un paso provocador y peligroso para, en caso de desórdenes en la capital georgiana, emprender acciones dirigidas contra la soberanía y la integración euroatlántica y europea de Georgia", afirmó.

Saakashvili subrayó que el motín precede al inicio de las maniobras aliadas Cooperative Longbow 09/Cooperative Lancer 09, que tendrán lugar en territorio georgiano hasta junio. Esas maniobras han sido tachadas de "abierta provocación" por Rusia, que considera que, de esta forma, la OTAN premia a Georgia pese a que este país fue el que inició en agosto de 2008 la guerra para hacerse con el control de Osetia del Sur. En cualquier caso, tanto la OTAN como las autoridades georgianas insistieron en que los ejercicios -un simulacro de misión humanitaria bajo mandato de las Naciones Unidas y otro de defensa frente a un ataque terrorista- se llevarán a cabo según lo planeado.

Saakashvili también vinculó el motín con la cumbre de la Unión Europea que pondrá en marcha el jueves en Praga el nuevo programa comunitario Asociación del Este, de acercamiento a los países ex soviéticos, incluida Georgia.

La Cancillería rusa no tardó en rechazar las acusaciones del presidente georgiano, aduciendo que "Rusia no se entromete por principio en los asuntos internos de Georgia". En la misma línea, una de las principales líderes de la oposición, la ex presidenta del Parlamento Ninó Burdzhanadze, negó "una mano negra rusa" en el motín.

El ex embajador georgiano en Rusia Erosi Kitsmarishvili aseguró que la sublevación parece una "provocación de los servicios secretos" para desacreditar a la oposición, que se manifiesta pacíficamente en las calles desde el pasado 9 de abril para pedir la salida de Saakashvili y elecciones anticipadas.

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