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Tarek Aziz, la "cara amable" de Sadam, en el banquillo de los acusados

  • El ex viceprimer ministro de Sadam Husein es juzgado por la ejecución en 1992 de 40 comerciantes iraquíes

El ex viceprimer ministro iraquí Tarek Aziz, que comparece hoy por primera vez ante la justicia por cargos relacionados con su papel durante el régimen de Sadam Husein, fue el arquitecto de su política exterior y una de sus caras más conocidas.

Encarcelado en Bagdad desde su rendición a las tropas de EEUU en 2003, días después de la caída de Sadam, el ex miembro del Consejo del Mando de la Revolución (CMR) fue una de las piezas clave del régimen, cuya imagen representó durante más de dos décadas.

Aziz nació hace 72 años en una modesta familia cristiana de rito caldeo de un pueblo cercano a Mosul (norte), recibió el nombre de Mikhail Johanna y era el único miembro cristiano del gobierno de Sadam y uno de sus más estrechos colaboradores.

Diplomado en Inglés por la Universidad de Bagdad, se interesó por la política desde su juventud, cuando se afilió al partido Baas (de ideología socialista-nacionalista panárabe), en el que compaginó la formación doctrinal con el entrenamiento militar.

Fue en el partido donde, a finales de los años cincuenta, conoció al que después sería el presidente iraquí Sadam Husein, a quien permanecería vinculado ya de por vida.

Tras trabajar como periodista en los órganos oficiales del Baas y llegar a editor de su principal órgano de prensa, "Al Thawra" (La Revolución), Aziz fue nombrado ministro de Información en 1974.

Cinco años después y una vez que Sadam concentró todo el poder en sus manos, desempeñó el cargo de viceprimer ministro hasta 1991, cuando fue designado ministro de Asuntos Exteriores y, como tal, se encargó de negociar el alto el fuego en la guerra contra Irán, bajo los auspicios de la ONU.

La popularidad internacional le llegó cuando, con motivo de la invasión iraquí de Kuwait, el 2 de agosto de 1990, condujo las negociaciones que finalmente no evitaron la Guerra del Golfo (1991), en la que se vio involucrada la comunidad internacional.

Liberado Kuwait, Tarek Aziz retomó el cargo de viceprimer ministro del régimen, al que unía el de secretario político del Baas y el de miembro del Consejo del Comando de la Revolución, integrado por diez personas de la máxima confianza del líder.

Brillante orador, volvió a convertirse en la "cara amable" del régimen en 2003, durante la crisis que precedió a la invasión anglo-estadounidense sobre Irak, por el presunto incumplimiento de las resoluciones de la ONU impuestas tras la Guerra del Golfo, que exigían la desaparición de las armas de destrucción masiva.

Tras rendirse a las tropas estadounidenses, Aziz permanece desde entonces encarcelado en un centro de detención de máxima seguridad en Bagdad.

En enero de 2006, su abogado denunció que Aziz se "moría en su celda", de donde sólo salió en mayo de 2006 para defender a Sadam Husein y a sus antiguos asesores, juzgados y ahorcados por la ejecución de decenas de chíies en 1983.

Son varios los países a los que sus abogados han solicitado asilo y tratamiento médico para el ex dirigente, juzgado desde hoy por la ejecución en 1992 de 40 comerciantes iraquíes, acusados de haber concertado una subida conjunta de precios aprovechando el bloqueo económico al que se vio sometido el país tras la Guerra del Golfo.

Casado y padre de tres hijos, Aziz salvó la vida el 1 de abril de abril de 1980, cuando resultó levemente herido en un atentado cometido por un ciudadano iraní, que lanzó una granada contra la comitiva presidencial durante un acto oficial en la Universidad de Bagdad y en el que hubo varios muertos.

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