movimiento social Los organizadores confían en que la participación crecerá en los próximos días

Turquía vive su particular 15-M

  • La falta de perspectivas para los jóvenes y las elevadas tasas de paro desata la reacción de los indignados en la principal plaza de Estambul a cuatro días de las elecciones

La falta de perspectivas para los jóvenes ha desatado la reacción de los "indignados" en Turquía que, a imagen del movimiento 15-M español, han plantado un campamento de protesta en la plaza Taksim, la principal de Estambul, a sólo cuatro días de las elecciones generales.

En Túnez, en Tahrir, en Madrid y ahora en Estambul, es el lema con el que la plataforma Gencler Medyana (Los jóvenes a la plaza) ha convocado inicialmente a un centenar de manifestantes.

"Desde hace tiempo vemos como, cada año, se incrementa el desempleo. En mi familia, en mi entorno, en mi barrio... hay parados", denuncia Merve, una estudiante de Económicas de 20 años.

"Estudiamos en la Universidad, luego nos obligan a gastar dinero en cursos y másteres, pero eso no te garantiza nada", añade.

Merve citó como ejemplo el caso de un amigo suyo que, además de la licenciatura universitaria, acumula 16 certificados -en cursos, especializaciones e idiomas- y, aún así, no consigue trabajo.

"Nuestro futuro es incierto", se lamenta esta joven, que en las elecciones del domingo no votará por ninguno de los grandes partidos, sino por un candidato independiente.

Mehmet, estudiante de Derecho, critica que a la dificultad de las oposiciones se añaden los escándalos del último año en los que, presuntamente, academias privadas cercanas al Gobierno suministraron a sus alumnos las respuestas de los exámenes.

A pesar de que la economía en Turquía crece por encima de los niveles europeos (8,9%), el desempleo oficial es del 14,4%, aunque los "indignados" turcos calculan que realmente afecta al 30% de los jóvenes.

Además, les afecta especialmente la precariedad del empleo, en un país en el que el 40% de los trabajadores no tienen contrato.

La vinculación de la protesta con España es más que evidente: algunos de los presentes ayer en Taksim ya habían participado en las manifestaciones que organizaron los españoles en Estambul, especialmente estudiantes de Erasmus para apoyar al movimiento 15-M.

"Nos contactaron por Facebook y dijeron que estaban intentando organizar una protesta similar", explica Miguel León sosteniendo una pancarta con el lema: "España, mira, Estambul también se anima". "Turquía va en la misma dirección que España. El Gobierno hace como si la crisis no fuera con él y la economía se centra en la construcción", considera León.

A semejanza de Túnez, los turcos también tienen a su propio mártir: Metin Lokumcu, un profesor de la ciudad nororiental de Hopa que falleció la pasada semana víctima de los gases lacrimógenos cuando la Policía reprimió una protesta contra un mitin electoral del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan.

Las pancartas de los acampados en Taksim, además, exigen la abolición del Consejo de la Educación Superior (YOK), institución impuesta durante la dictadura militar (1980-83) que regula la enseñanza universitaria.

Otros jóvenes portaban pancartas contra la censura en internet, ya que en Turquía hay más de 13.000 páginas de internet inhabilitadas y el Ejecutivo de Erdogan pretende imponer diversos filtros en agosto con la supuesta intención de proteger a los menores.

Esto ha atraído la atención del grupo internacional de ciberactivistas Anonymous, que ha amenazado al Gobierno turco con atacar sus páginas web si no pone fin a la censura.

Los acampados eran sólo una veintena en torno al mediodía de ayer, pero poco a poco y a pesar del intenso calor más estudiantes se fueron sumando hasta llegar al centenar, mientras numerosos curiosos se acercaban a preguntar por la protesta.

También un grupo de unos 30 profesores desempleados, desde laicos a mujeres con velo, organizados espontáneamente a través de las redes sociales, decidieron unirse a los acampados en la famosa plaza. "En Turquía somos 300.000 los profesores que hemos aprobado las oposiciones, pero no nos dan destino", explica Omur, uno de los desempleados.

La Policía observaba vigilante a los manifestantes y parecía no tener órdenes de actuar si el grupo no crece demasiado, a pesar de que la protesta carecía de permiso.

Pero los organizadores creen que muchos más se unirán a la acampada con el paso de los días, que está previsto que se prolongue hasta el sábado.

"Queremos que el fuego que arde en España prenda también en Turquía", afirma Merve.

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