Los participantes en las conversaciones de Ginebra entre rusos y georgianos consideraron que la situación en la zona es "estable" pero "imprevisible", con un "potencial de escalada peligroso", indicó ayer el representante de la Unión Europea (UE), que supervisa los debates.

El 16º ciclo de discusiones en Ginebra reunió a los protagonistas de la guerra relámpago de agosto de 2008 -rusos y georgianos, así como representantes de las dos regiones secesionistas de Georgia que centraron el conflicto, Abjasia y Osetia del Sur- bajo la égida de la Unión Europea, las naciones Unidas (ONU) y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).

"Los participantes analizaron la situación de seguridad sobre el terreno, que fue considerada estable pero imprevisible, con un potencial de escalada peligroso debido a acontecimientos e incidentes altamente preocupantes", afirmó el representante europeo, Pierre Morel, en la rueda de prensa ofrecida al término de la sesión.

Esta situación necesita "un esfuerzo colectivo de los participantes para reducir la tensión", agregó, subrayando que es necesario "reforzar la confianza entre las partes".

Y es que los antecedentess hacen pensar lo peor; En 2008, la tensión en la región y el afán de Georgia de acabar rápidamente con la independencia de facto de las repúblicas separatistas de Osetia del Sur y Abjasia, para así poder entrar en la OTAN, desencadenó en una guerra con Osetia del Sur y las fuerzas de paz de Rusia, que velaban por la paz en la región y que acabó con al menos 1.492 muertos.