América latina El presidente Uribe está dando golpes muy importantes a los paramilitares marxistas

45 años de guerra para nada

  • La guerrilla colombiana de las FARC, la más antigua de América, vive su aniversario en el peor momento de su existencia, sin jefes y con alto número de deserciones

La guerrilla colombiana de las FARC cumple por estos días 45 años de existencia en medio de dificultades por los fuertes golpes recibidos especialmente desde 2008 y de un panorama en el cual un diálogo de paz parece muy lejano. Todo indica que no es propicio el momento para que sus miembros celebren el aniversario y apaguen las velas de la tarta.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) surgieron a finales de mayo de 1964 tras la conversión de las guerrillas que apoyaban al Partido Liberal en un grupo con ideales marxistas que, desde entonces, busca tomar el poder sin estar cerca de conseguirlo.

En todo este tiempo el momento de mayor fortaleza del grupo armado se evidenció durante los gobiernos de los presidentes Ernesto Samper (1994-1998) y Andrés Pastrana (1998-2002), cuando fueron numerosas las incursiones en poblados, la toma masiva de rehenes y osados ataques contra bases del Ejército y la Policía.

En opinión de analistas y dirigentes políticos, la ofensiva lanzada desde 2002 por el gobierno del presidente Álvaro Uribe ha representado para el grupo guerrillero la peor época de su historia.

Los organismos de inteligencia consideraban hace una década que las FARC tenían cerca de 17.000 miembros, cifra que se habría reducido a unos 8.000 en la actualidad.

Colombia vivió un primer proceso de paz durante el gobierno del conservador Belisario Betancur (1982-1986), que incluso alcanzó a llegar hasta un acuerdo de cese el fuego con las FARC. Como resultado de ello se creó un partido político de izquierda que literalmente fue exterminado por los paramilitares de ultraderecha, lo cual echó tierra sobre el endeble pacto.

Posteriormente, en un gobierno del Partido Liberal encabezado por César Gaviria (1990-1994), los diálogos no sólo incluyeron a las FARC sino también al Ejército de Liberación Nacional (ELN, todavía activo) y al Ejército Popular de Liberación (EPL, ya disuelto), que tampoco llegaron a buen puerto.

Tal vez la expectativa más grande se vivió durante la administración del conservador Pastrana, cuando el Gobierno entregó a las FARC una zona selvática de 43.000 kilómetros cuadrados de extensión.

Muchos colombianos pensaban que ese gesto de "generosidad" del Gobierno iba a ser respondido con un acuerdo de paz, pero el proceso se rompió en medio de un escándalo ante denuncias sobre el uso dado por las FARC a la zona desmilitarizada para ocultar rehenes y aumentar las plantaciones de hoja de coca.

Los momentos más difíciles para las FARC en los últimos tiempos ocurrieron en marzo del año pasado, cuando en cuestión de pocos días murieron su fundador y máximo líder, Manuel Marulanda Vélez o Tirofijo, Raúl Reyes e Iván Ríos.

Tirofijo falleció a consecuencia de un ataque cardíaco, Reyes cayó en un bombardeo en Ecuador y Ríos fue asesinado por un subalterno que pidió una recompensa.

La posibilidad de un diálogo con las FARC pasa en estos momentos por el grupo Colombianos por la Paz, formado por políticos, periodistas, académicos, artistas y ex rehenes de la guerrilla, entre otros, que el año pasado entabló un intercambio epistolar con el grupo armado.

Las FARC han dejado en libertad a varios rehenes como respuesta a esos contactos, aunque un contacto formal con el Gobierno de Uribe parece casi descartado.

Además, el Gobierno ha subido el tono de sus palabras contra las FARC, a las que llama siempre "narcoterroristas", en el inicio de la campaña para las elecciones presidenciales que se celebrarán dentro un año, en las que es posible que Uribe se postule a una segunda reelección, previa enmienda constitucional por medio de un referéndum.

Las FARC, ahora dirigidas por un individuo cuyo alias es Alfonso Cano, aseguran que están dispuestas a un diálogo con diversos sectores de la sociedad, al tiempo que pregonan la revocatoria del gobierno de Uribe, al que tildan de "ilegítimo" y acusan de estar conchabado con grupos paramilitares y de narcotraficantes.

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