Al menos 30 personas murieron ayer por el impacto de dos misiles supuestamente lanzados por aviones estadounidenses no tripulados en el conflictivo cinturón tribal paquistaní fronterizo con Afganistán, aseguraron fuentes de la insurgencia talibán citadas por el canal privado Dawn.

El ataque, presuntamente dirigido contra la residencia de un destacado comandante talibán, tuvo lugar la madrugada del sábado en la zona de Ladha, situada en la demarcación tribal de Waziristán del Sur, feudo del líder de los talibanes paquistaníes, Baitulá Mehsud. Según las fuentes citadas por Dawn, también se registraron más de una veintena de heridos, algunos de los cuales se hallan en situación crítica.

El canal informó además de que los muertos eran insurgentes uzbekos.

La cadena televisiva Geo, que no citó sus fuentes, cifró en 32 el número de fallecidos y coincidió en que el ataque consistió en el lanzamiento de dos misiles.

Los ataques de aviones espía estadounidenses contra objetivos integristas son habituales en las áreas tribales paquistaníes.

Éste es el segundo ataque de estas características desde que Barack Obama asumió la presidencia de EEUU, aunque desde septiembre se han registrado cerca de una treintena.

Estos ataques suscitan un fuerte rechazo popular en Pakistán y duras críticas por parte de las autoridades políticas, aunque fuentes militares y de inteligencia de este país han reconocido a Efe que existe un acuerdo tácito entre Pakistán y EEUU.

La senadora estadounidense Dianne Feinstein declaró el viernes incluso que estos aviones espía parten desde una base aérea paquistaní para llevar a cabo sus ataques.

El ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, anunció ayer que nombrará un enviado especial para Afganistán y Pakistán, un cargo similar al que ocupa el estadounidense Richard Holbrooke. Se baraja a embajador en India, Bernd Mützelburg.