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"Ahora vamos a hablar de tú a tú"

  • Lleva 40 años dedicada a la enseñanza y se nota. Rosa Navarro se metió a los niños en el 'bolsillo' y les animó a leer

Vino a la Huerta de San Vicente a presentar su libro y terminó contagiando una pasión. Su pasión por la lectura. Rosa Navarro tiene demasiada energía como para contentarse con discursos vanos. Con la amenaza de una ronquera inminente y la entrega de quien lleva a las musas consigo, habla igual de Lorca que de Leonard Cohen, de lectura que de metros en México D.F., de la diosa Dafne que del laureado Jorge Lorenzo.

"No puede ser que un músico canadiense llame a su hija Lorca [Cohen] y aquí no sepamos más que su nombre. Hay que leer lo que nos dejó, no basta con saber quién es". Navarro es profesora desde hace 42 años, tantos, dice, que "ahora que lo pienso parece que aquella que empezó era en realidad una doble mía". Lo suyo no son frases dichas por decir. Tampoco escritas. Lo suyo son frases todas entre signos de admiración. Por eso mantuvo clavados en la silla durante una hora y pico a un centenar de alumnos de los colegios Jardín de la Reina y Abencerrajes. Tras el acto oficial, acompañada en la mesa por el concejal de Cultura, Juan García Montero, y el director de la Huerta de San Vicente, José Luis Carmona, se quedó sola ante los niños: "Ya estamos en familia. Ahora vamos a hablar de tú a tú".

Lo hizo. "Federico vino un 18 de julio a celebrar su santo con su familia en Granada y entonces sucedió una desgracia terrible. Ese día, el santo de Federico, Franco dio un golpe de Estado. Comenzó una guerra donde murieron un millón de personas y se derramó mucha sangre. Federico estaba aquí y no en Madrid, desde donde podría haber huido con la ayuda de sus amigos...". La escritora catalana habló muy claro: "Lo mataron en agosto del 36, qué importa el día ni el lugar. Tenía apenas 38 años cuando hubiera podido escribir tanto y tanto. Matar a un artista, a un gran creador, es matarnos a todos". Para "tapar esto", dijo, "sólo podemos leer. Vosotros, por favor, haced que Federico siempra viva. Leedle".

Entre la arenga y el tono poético que aun no "teniendo oído para la música" ha adquirido con la lectura, Navarro habló de cosas cotidianas. Habló poco de su libro y más de Lorca y de sí misma pero consiguió suscitar el interés, que es lo importante. "Os voy a contar un secreto. Yo soy de Figueras, la patria de Dalí, y mi madre me asegura que siendo pequeña los vimos -a Lorca y Dalí- pasando a nuestro lado". El asombro en la voz de la escritora se trasmite con facilidad.

Entre historias de García Lorca que va contando como cuentos introduce alguna anécdota, un guiño a los niños: "Cuando era chiquitito, con sus miedos, sus dudas, su timidez, Federico comenzó a leer mucho y a escuchar música, que le encantaba. Comenzó a estudiar Derecho pero le costaba mucho, él también suspendía no os creáis. Un día le dijo a su padre que quería ser artista". Lorca no servía para abogado ni ella, aseguró, para tocar el piano o bailar ("era una catástrofe") pero "Federico encontró lo que sabía hacer. Tenéis que ver lo que sabéis hacer y ser buenos en eso".

Filóloga y catedrática de Literatura Española, Rosa Navarro presentaba en Granada su libro La vida y poesía de Federico García Lorca (Edebé, 2011). Echando un vistazo a su obra dedicada a dar a conocer a los niños los grandes autores (Cervantes, Bécquer, Miguel Hernández, Juan Ramón Jiménez...) se entiende su pasión incondicional por la lectura. No leyó nada de su libro pero entonó emocionada Romance de la luna, luna y Preciosa y el aire (su obra preferida de Lorca es Romancero gitano), dos poemas que Lorca escribió porque antes también había leído muchísimo. "Si Federico le escribió a la luna, que siempre en su obra va asociada a la muerte, es porque antes leyó la tragedia de Salomé, de Oscar Wilde". Recordó también que la niña gitana del poema de Lorca se llamaba igual que La gitanilla del cuento de Miguel de Cervantes.

"No saber leer es como estar ciego. Ya sé que sabéis, pero no paréis nunca porque es como montar en bici. Yo aprendí a los diez años pero si me montara ahora me caería inmediatamente". Aconsejó aprender los nombres de las cosas. Saber por qué Jorge Lorenzo se pone una corona de laureles. Leer la letra pequeña, como la que utilizan en el metro de México, "para que no os engañen. Para ser personas".

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