Efemérides

La Alhambra homenajeará los dos próximos años a Washington Irving

  • El tributo, que coincide con el 150 aniversario de su muerte, consta de una reedición en ocho idiomas de su obra más universal: 'Cuentos de la Alhambra'.

La Alhambra homenajeará en los próximos dos años al escritor norteamericano Washington Irving con motivo del 150 aniversario de su muerte, con un amplio programa de actividades que incluye la apertura al público de las estancias que ocupó y una cuidada edición en ocho idiomas de su obra "Cuentos de la Alhambra".

Otra de las iniciativas, promovidas por el Patronato de la Alhambra y Generalife y presentadas hoy por su directora, María del Mar Villafranca, es la celebración de una exposición en el monumento nazarí en colaboración con la casa natal Sunnyside de Irving y que repasará la obra y los aspectos más biográficos del escritor.

La exposición, que probablemente tendrá lugar entre marzo y mayo de 2009, año en el que se conmemora el 150 aniversario de la muerte del escritor, incluirá, entre otras piezas adquiridas por el Patronato, ediciones príncipe como la americana de 1832 realizada en Filadelfia y la española editada en Valencia un año después.

Manuscritos de sus obras, una carta dirigida a su amigo Charles Bracebridge en noviembre de 1842 y su diario, que se conserva en Nueva York, serán otras de las piezas exhibidas.

Su obra más universal, "Cuentos de la Alhambra", inspirada en sus vivencias durante su estancia en el monumento nazarí y de la que este año se han cumplido 175 años, será reeditada para la ocasión con una cuidada edición en ocho idiomas que incluirá una selección de grabados de autores románticos coetáneos de Irving.

Esta publicación, que verá la luz a principios del próximo año, será editada por Ediciones Miguel Sánchez, la empresa que ya hizo lo propio en 1951, y pretende adentrar al lector en la visión romántica del viajero que fue Washington Irving, ha explicado el presidente de la Asociación de Editores de Andalucía, José María Arráez.

La figura y obra del escritor norteamericano es además analizada en el libro "Washington Irving en la biblioteca de la Alhambra", una bibliografía comentada que incluye un estudio preliminar realizado por Javier Villoria, profesor de la Universidad de Granada.

Los actos conmemorativos comenzarán el próximo mes de enero con la apertura al público de las conocidas como Habitaciones del Emperador, contiguas a las estancias en las que Irving se hospedó en 1829 y cuya construcción se atribuye a la época de Carlos V.

La figura del escritor estará también presente en la Alhambra en forma de escultura que, al estilo de la Woody Allen en Oviedo, se ubicará en el bosque del recinto nazarí, ha explicado Villafranca.

El programa pretende también abrirse a la ciudadanía con otras actividades aún por perfilar, como la posible celebración, en la biblioteca del barrio granadino de la Chana, de una lectura maratón de "Cuentos de la Alhambra", una edición de esta obra ilustrada por algún artista de reconocido prestigio, una visita institucional a la tumba del escritor y alguna iniciativa vinculada al mundo audiovisual de la mano de una de las descendientes de Irving.

Con estos actos, el Patronato pretende reivindicar la "visión moderna" que Irving tuvo de la Alhambra y su "contemporaneidad", que le llevó a considerar al monumento también como documento histórico y a preocuparse por su conservación y otros aspectos como el agua como elemento vertebrador del recinto nazarí, según Villafranca.

Irving, de quien muchos reivindican su faceta de hispanista, recaló en España tras aceptar un encargo del embajador de su país para escribir en inglés sobre el descubrimiento de América, aunque él lo convenció para que el libro versara sobre la vida de Colón.

Para documentarse viajó a Granada y se instaló en la Alhambra, estancia que le inspiró su obra más universal, según ha explicado el profesor de la Universidad de Granada Javier Villoria.

Según Villoria, durante esa estancia Irving no frecuentó el teatro, su gran pasión, sino que dedicó las mañanas a documentarse en las bibliotecas de los conventos granadinos, las tardes a pasear por el jardín de Lindaraja, en el recinto monumental, y las noches a escuchar las historias de los lugareños, que constituyeron la principal fuente de alimentación de sus "Cuentos de la Alhambra".

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