Con todo listo para la celebración de la gala de los 50 premios Grammy, que se celebró anoche de madrugada, dos polémicos cantantes estaban con la sonrisa de quienes se sabían ganadores. El rapero Kanye West y la británica Amy Winehouse partían como favoritos en una gala a la que no acudió finalmente la cantante, pese a que Estados Unidos le concedió el visado. En un principio, la embajada estadounidense en Londres rechazó la solicitud de la artista, que competía este año a seis galardones, entre ellos mejor canción, por Rehab, y mejor disco del año, por Back to black.

La ausencia de la joven británica, al menos en los escenarios, no eclipsó una ceremonia que tenía previsto coronar a West como el gran triunfador de la noche, ya que estaba presente en todas las categorías de rap, e incluso optaba al Mejor Disco del Año por Graduation.

Las horas previas a la gala calentaron motores con fiestas y homenajes a Aretha Franklin, Persona del Año para la Fundación MusiCares, que entrega cada año los galardones.