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Ana Cabrera describe "el lado oscuro que tenemos todos"

  • 'Las cien voces del diablo' narra la vida de una familia marcada por los odios y las venganzas

Cuando terminó Las horas del alma, una saga que narraba un siglo de vida en Cuba, la escritora Ana Cabrera advertía que a pesar de la ambición de aquel proyecto que había dejado atrás le "quedaba zumo", deseaba seguir profundizando en las pasiones humanas. De este afán nació su nuevo libro, Las cien voces del diablo (Grijalbo), una narración con la que la autora se acerca al "lado oscuro que todos tenemos dentro, y que cuando estalla es como la pólvora". Cabrera, que odia la violencia pero retrata un mundo brutal, "porque los novelistas somos como los actores, tenemos que meternos en los personajes", elige como protagonista a un hombre "que nace en una familia con odios y venganzas, que carga con las culpas de su comunidad y se siente empujado a hacer cosas que no quiere". Un inocente marcado por las circunstancias: su madre le ha bautizado como Lucifer, y en su pueblo, Villa Veneno, creen que es efectivamente el hijo del diablo por sus ataques de epilepsia.

Cabrera ha dejado volar la imaginación. "En el anterior libro tenía que contenerme porque debía ceñirme al período histórico en el que transcurría la acción", cuenta la narradora, que esta vez permitió que la fantasía fluyera "como un desbordamiento, como una cascada". La presencia de aparecidos y la descripción de otros portentos en la historia no es tanto la herencia del realismo mágico, sino la constatación de que los relatos fabulosos oídos en la infancia se imprimen con fuerza en la memoria."En la novela hay muchas cosas del subconsciente: vas guardando historias y luego descubres, sin saberlo, que las tenías ahí, almacenadas. Muchos lectores te dicen que les gusta esa fantasía, pero es algo que sale de manera inconsciente".

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