Muestra La renovación moderna de las corrientes bizantinas

Ángel manifiesta su palabrería

  • El artista granadino García Roldán expone su último trabajo pictórico y audiovisual, 'Dogma', una declaración simbólica y barroca que plasma en el lienzo la situación actual de la sociedad contemporánea

Del barroco llueven las imágenes, los símbolos y la palabrería, que sobre lienzos blancos se dejan pintar para contar una historia. La de ahora, la crisis global, el dogma de Ángel García Roldán. Han sido seis los años que ha dejado pasar el artista granadino para exponer en su tierra natal, y lo hace en la sala de exposiciones de Canal 21. La casa acoge su último 'eslabón' hasta el próximo 5 de noviembre, una serie de pinturas que continúan la técnica y estilo del pintor en la que transmite su sentida concepción de los problemas que sufre la sociedad contemporánea.

García Roldán se atreve sin miedo "a abrir la boca y a que se le cuelen las moscas", como las que revolotean en sus cuadros. Con un lenguaje de símbolos que caracteriza su obra pone ante los ojos del espectador una realidad "que depende de él verla o no". Sus cuadros se inundan de un concepto barroco que procede del arte bizantino. Explica que experiencias anteriores en otras exposiciones han marcado su estrategia, como es el arte pop "muy ligado a la corriente bizantina", considera, un estilo que de alguna forma se ve reflejado en su trabajo. "Incorporaban textos que funcionaban como una especie de publicidad subliminal y como mi pintura se acerca mucho a ello lo adopte como técnica". En la última serie del artista es notable, además, un aumento de la trama y las capas "con el objetivo de hacerlo más barroco y al mismo tiempo crear un modelo parecido al que se podría hacer con Photoshop, acercándose así al cine y a otros conceptos visuales muy contemporáneos, a modo de un slogan de la realidad.

La colección de pinturas que integra Dogma, seis de gran formato y tres medianas, son el resultado pictórico de los frames que componen una vídeo creación que se proyecta en la sala. Se trata de una performance protagonizada por el mismo pintor, que se constituye en tres pasos con el leitmotiv de una venda para representar las tres imágenes del Dogma contemporáneo y de la sociedad: el mártir, el anonimato del hombre invisible y el estado de ojos que no ven, corazón que no siente. De un modo estético, lento y con la sensación de ensueño hace un juego retórico.

La escultura, la pintura, el vídeo arte y la fotografía se unen por un hilo en el trabajo del granadino que actualmente se ve sumergido en su experiencia diaria en el cual "pones la televisión, lees el periódico y lo único que ves es crisis". Por ello, los colores blanco, negro y amarillo, protagonizan esta última colección, reflejando la situación de angustia y decepción. En definitiva consiste en una pintura dura, que trabaja sobre lienzos con acrílicos y óleos. Roldán abre con Dogma las puertas del arte a todos los ciudadanos de a pie para concebir una obra que no pretende limitarse a la elite artística.

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