Drama romántico, EEUU, 2009, 100 min. Dirección: Brando Camp. Guión: B. Camp y Mike Thompson. Fotografía: Eric Alan Edwards. Música: Christopher Young. Intérpretes: Jennifer Aniston, Aaron Eckhart, Martin Sheen, Judy Greer. Cines: Cinema 2000 y Kinépolise.

Love happens no es, a pesar de su título, su apariencia, su reparto y su tráiler, una comedia romántica strictu senso. Lo que no quiere decir que en ella no abunde el pasteleo más empalagoso, ni que la pareja que forman Jennifer Aniston y Aaron Eckhart no esté diseñada para buscar eso que llaman "química", ni tampoco que el skyline de la ciudad de Seattle, protagonista de la referencial Algo para recordar, vuelva a ser el marco para aderezar, sobre un fondo de canciones pop de sesgo indie, una nueva historia de amor en diferido.

Love happens es realmente un drama romántico sobre las bondades de la autoayuda, ese lucrativo invento terapéutico de nuestro tiempo en el que abundan tantas buenas intenciones humanitarias como vendedores de humo. A saber, la película cuenta la historia de redención de un gurú del asunto del consuelo ajeno (Eckhart) que, en plena convención hotelera, descubre sus propias mentiras (siempre piadosas, siempre comprensibles) y su dolor reprimido tras encontrarse con una chica encantadora (Aniston) dueña de una tienda de flores y aficionada a las palabras raras.

Crónica (rosa y marchita) de este proceso de expiación anunciado, Love happens regala mensajes sobre cómo ser un poco más feliz (o más tonto, o más ciego, según se mire) en tiempos difíciles, y para ello finge coger un atajo en el camino más trillado de la comedia romántica para acabar llegando al mismo sitio.

Lo que algunos querrán ver como original desviación del canon, no deja de ser una insufrible acumulación de lugares comunes de lo sentimental y filosofía barata sobre el sufrimiento, la pérdida o el duelo, final feliz y liberador incluido. Y de "química", nada de nada.