Música hoy

B.B. King, el mastodonte del blues

  • El músico, de 84 años, actúa esta noche como estrella en el festival Tabaco Blues de Vegas del Genil

"Quiero tocar en España porque no sé si volveré a hacerlo", dice. Sentado en su silla, con la guitarra entre los brazos, B.B. King, a sus casi 85 años, sólo dejará de tocar "cuando me llame el de arriba". Nunca antes. Morirá con Lucille, su guitarra, afinada y enchufada a un amplificador. Y él, con la energía de siempre y una devoción mundial por su gran héroe: el líder sudafricano Nelson Mandela, a quien dedica esta gira. Llega de nuevo a Granada, una de las ciudades que más ha frecuentado en sus giras españolas, esta vez para participar, esta noche, en el festival Tabaco Blues de Vegas del Genil. Será a las 20.30 horas en la carpa del recinto ferial. Será ver en acción a un grande.

B.B. King está considerado como el mayor guitarrista vivo de la historia y uno de los tres más grandes de todos los tiempos junto a Jimi Hendrix Y Duane Allman, según la revista Rolling Stone.

Nacido el 16 de septiembre de 1925 en Itta Bena (Mississippi), Ridley B. King, cuyas iniciales de B.B. King se corresponden con el apodo de Blues Boy, estaba condenado a la más absoluta pobreza desde su infancia. Hijo de un aparcero y de educación autodidacta, decidió que quería tocar la guitarra cuando vio hacerlo al predicador de su iglesia. Él, en realidad, quería ser cantante de godspel, pero veía que cantando ese género en la calle recibía menos monedas que cuando cantaba y tocaba blues. Así que se decidió por el blues. En 1947, B.B. King consiguió sus primeros contratos discográficos y, poco después, fue producido por el legendario Sam Phillips, fundador del sello Sun Records. De ese modo, comenzó a convertirse en uno de los grandes autores y adalides del Rhythm & Blues, un género que no estaría bien visto hasta que, en los años sesenta, los Rolling Stones lo divulgaran desde Gran Bretaña. Temas como Woke up this morning, Everyday I have the blues, Sneakin' around o Bad luck se convertirían en clásicos del género.

Durante los años 50, un hecho haría que su guitarra adquiriese tintes legendarios. Durante una actuación en Arkansas, se declaró un incendio en el local en donde tocaba. B.B. King se internó en el fuego para rescatar su guitarra y estuvo a punto de morir. El incendio había sido provocado por dos hombres durante una disputa por una mujer, Lucille. B.B. King bautizó a su guitarra con aquel nombre. Todas las guitarras que usaría después llevarían el mismo apelativo siempre.

Durante los años sesenta, muchos de sus tiempos fueron versionados por bandas británicas, lo que a King le abrió las puertas del éxito y el mundo de las giras. El hecho de que los Rolling Stones le llamaran en 1969 para que fuese su telonero en su gira americana le dio el espaldarazo final. Los contratos le lloverían desde todas partes a partir de aquel momento, mientras no dejaba de sacar nuevos discos. Algunos de sus temas están incluidos en la lista de la 500 Mejores Canciones de todos los Tiempos de la revista Rolling Stones. Eso, y el hecho de que las grandes estrellas blancas del rock estuviesen interesadas en colaborar con él le dio un 'status' de gran gurú de la música y uno de los guitarristas más respetados en el panorama musical.

Durante los años ochenta y noventa, B.B. King redujo su producción discográfica para centrarse en las giras por todo el mundo. Llegó a tocar 300 conciertos por año, una cifra descomunal para un músico.

En 1988 grabó un tema junto a los irlandeses de U2 para el disco Rattle and Hum, lo que le introduciría en una nueva generación de jóvenes admiradores. Además, músicos de la talla de Eric Clapton, Phil Collins, Steve Ray Vaughan, Gladys Knight o Billy Ocean participaron en el concierto B. B. Kings and friends.

En el año 2006 hizo amago de retirarse, pero unos meses después decidió regresar a los escenarios para no abandonarlos nunca. "El mundo es mi familia". Su potencia escénica, su capacidad de atraer al público, su eterna sonrisa sobre el escenario, el férreo dominio que ejerce sobre su banda hacen que cada concierto sea único e irrepetible, que verlo sea todo un acontecimiento. En Granada ya ha actuado varias veces. Ahora regresa de nuevo el rey, el mago de las seis cuerdas metálicas, el hombre que le pone música a Mandela.

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