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Basel Ramsis: "En la revolución de Egipto tiré piedras cuando hizo falta"

  • El Festival Cines del Sur organizó ayer una mesa redonda sobre las revoluciones en el mundo árabe en la que se desmitificó la importancia de las redes sociales en el origen de las revueltas

El cine es un arma potente, pero el director egipcio Basel Ramsis aparcó la retórica en la revolución de la plaza Tahrir para tirar piedras directamente cuando fue necesario. "Los cineastas egipcios participamos en la mayoría de los casos como ciudadanos antes que como directores de cine", explicó ayer en la mesa redonda que organizó Cines del Sur sobre las revoluciones del mundo árabe. Ramsis, que estuvo en la plaza de la revolución hasta el derrocamiento de Mubarak, se mostró en total desacuerdo con el término de 'Revolución del Facebook' que muchos medios europeos emplearon. "Pero es verdad que ayudó y que la imagen tuvo un papel importante aquellos días porque todos nos convertimos en creadores de imágenes", dijo el cineasta que estuvo acompañado en la mesa redonda por el director Ahmed Abdallá; el director del Festival de Cine Documental de Aljazeera, Abbas Arnaout; el productor marroquí Fouad Challa; y el director de Cines del Sur, José Sánchez Montes. En este sentido, Ramsis destacó una imagen de la plaza de Tahrir en la que entre la multitud centellaban cientos de cámaras de teléfonos móviles. "Todo el mundo intentó documentar lo que estaba pasando y muchos directores salimos a las calles con las cámaras para enviar las imágenes a los medios de comunicación, gratuitamente en la mayoría de los casos, para intentar de alguna manera contrarrestar la propaganda del régimen", continuó. Pero el director de El otro lado… Un acercamiento a Lavapiés aparcó el tópico de las redes sociales para profundizar en el origen de la revolución en Egipto. Ramsis recordó el caso de un agente de la policía secreta que discutió con su jefe y fue torturado y violado en comisaría. Este material, que fue grabado por sus propios compañeros, llegó a manos de los blogueros, que lo colgaron en la red sin que pasara absolutamente nada. En cambio, la muerte de un joven de clase media tras ser apaleado por la policía a la salida de un cibercafé encendió la mecha revolucionaria cuando colgaron las imágenes de la paliza en internet. "Es importante que fuera un chico de clase media porque la tortura era habitual en Egipto, pero con los activistas o con la gente de clase baja", dijo el cineasta. "Pero en este caso, miles de chicos de clase media se sintieron también amenazados y la familia además juró venganza contra Mubarak y contra su ministro del Interior". En resumen, "los medios son importantes pero también las cosas que pasaron y su difusión".

Es la visión de un director que vivió en primera persona cómo el gobierno suprimió internet -toda una semana durante las revueltas. Y Endesa suprimió ayer el suministro eléctrico en el entorno de la Catedral donde se celebró la mesa redonda. "Es que es un festival del Sur", ironizó el cineasta.

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