Cultura

Bruselas descubre la relación entre Magritte y los artistas conceptuales

  • El museo del pintor de los bombines en la capital belga explora su fértil diálogo con Marcel Broodthaers

'El descubrimiento del fuego' (1934-1935) de Magritte, expuesto gracias a la cesión de una colección privada.

'El descubrimiento del fuego' (1934-1935) de Magritte, expuesto gracias a la cesión de una colección privada. / efe

Más de 150 obras revelan desde hoy en Bruselas la relación entre René Magritte y el conceptualismo, a través de su diálogo con el poeta, cineasta y artista Marcel Broodthaers, y las reinterpretaciones posteriores de sus obras de la mano de otros artistas estadounidenses impulsores del movimiento. Magritte, Broodthaers y el arte contemporáneo es una de las grandes exposiciones con las que el Museo Magritte de Bruselas celebra los 50 años de su muerte, con el objetivo de descubrir todas las facetas del artista, el icono del surrealismo belga que se desmarcó de ese movimiento mediante el conceptual. "El legado de Magritte sigue estando vivo", dijo ayer el director del museo, Michel Draguet, para quien esta exposición pone en valor hasta el 18 de febrero de 2018 la fuerza y la inmortalidad de sus obras, que fascinaron a Broodthaers, pero también a Andy Warhol o a Salvador Dalí.

La muestra es un viaje por el tiempo al primer encuentro entre Broodthaers (1924-1976) y Magritte (1898-1967), en 1964, solo tres años antes de la muerte del pintor de los bombines, y un tiempo en el que se creó "una relación de filiación entre ambos". Para Broodthaers, La traición de las imágenes (1928-1929), con la que Magritte introduce su idea de deconstrucción del lenguaje, trampantojos y filosofía, es "la obra más importante del siglo XX". En esta serie se incluye su famosa pipa de tabaco acompañada de la frase Esto no es una pipa (Ceci n'est pas une pipe), que desafía la relación entre palabra y objeto, presente en toda su obra, que viaja a Bélgica desde el Country Museum of Art de Los Ángeles por primera vez en 45 años. Una obra que reinterpretó el propio Broodthaers más de 40 años después, con la serie Quatre pipes alphabet (1969), o, más tarde, Keith Haring con Tribute to Magritte: this is not a pipe (1989), todas ellas expuestas ahora en la misma sala. "Hay una deconstrucción del lenguaje en Magritte que muestra la idea de que la imagen como tal, lo visible, es superior al texto, a lo legible. Eso obsesionó a Broodthaers", apuntó Draguet.

El recorrido incide en este mensaje gracias a obras procedentes de centros como el Georges Pompidou, en París, o el Fine Arts Museum de San Francisco. El diálogo entre arte y poesía está presente en toda la trayectoria de Magritte, una particularidad que dio personalidad a su obra. La exposición también recoge su diálogo con otros artistas realistas, como Arman (1928-2005), que con una escultura de un trombón y un extintor reinterpreta El descubrimiento del fuego (1934-1935) de Magritte, expuesto gracias a la cesión de una colección privada; y una idea que retomó Dalí en su Jirafa en Llamas (1936).

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