La Reina de la Nit es la flamante compañía, residente de la catalana Sala Muntaner, creada por Xavier Albertí y Lluïsa Cunillé para trabajar en la revisión de géneros y obras de la tradición del teatro musical. Se estrenan con lo que llaman una "zarzuela surrealista", visualmente cercana a la revista kitsch.

Como artefacto escénico, La corte del faraón se parece a una caja de música que se abre ante el espectador para hacer sonar una dramaturgia, que aglutina números musicales de la zarzuela original junto a otros, que giran alrededor del propio hecho teatral. Un pianista en escena, Xavier Albertí, es a lo que queda reducida en la pieza la orquesta original. Una cortina laminar como pared de fondo y un piano es el grueso de la escenografía. Todo el resto de lo que se da a ver es el trabajo del elenco luciendo el vestuario de un Egipto lúdico, entre kitsch y carnavalesco.

Yo no le veo la lógica surrealista por ningún lado a esta pieza de teatro musical. Creo que la recuperación de la zarzuela es la excusa para poner en marcha el juego propuesto; un popurrí -bien armado- en el que caben distintos materiales: el hilo argumental y canciones de la zarzuela, parodias de los números de Esther Williams, cambios improvisados de libreto en los que el actor canta una misma canción pero con las palabras de la prensa, escenas cortas que sirven el juego siempre grato del teatro dentro del teatro. La actriz con talento para interpretar a Ibsen, pero que termina por interpretar zarzuela; las interpelaciones al director del Teatro de la Zarzuela para que contrate a la compañía.

Esta es la segunda zarzuela libremente adaptada del tándem Albertí-Cunillé que se programa en el Teatro Alhambra. Aunque no es un género de mi predilección, entiendo que estos artefactos dramático-musicales de los que hablamos podían haber disparado, igualmente, mi fascinación. Pero no es el caso.

Antes de El dúo de la Africana y La corte del faraón pudimos ver otra pieza, a mi modo de ver, mucho más interesante y lograda dirigida por Xavier Albertí: Crónica sentimental de España, basada en textos de Manuel Vázquez Montalbán. Aquella pieza no se articulaba desde la zarzuela o la revista, sino desde un texto y su género más afín, el cabaret. Tal vez a estas zarzuelas les falte algo, más allá de reivindicar un género, tal vez necesiten una dramaturgia, una lógica interna, que les lleve irremediablemente al género, y no al revés.