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Camarón, tres lustros después

  • El desaparecido cantaor vuelve a las tiendas de discos con 'Reencuentro', un álbum que aporta cantes e imágenes inéditos hasta la fecha

Hace ya quince años que murió, pero la leyenda de José Monge Camarón, "el amo del flamenco", no sucumbe al tiempo y ha vuelto a vencerlo con Reencuentro, nueve temas inéditos y un DVD con imágenes cedidas por su familia y actuaciones en TVE que componen una edición de lujo en todos los sentidos.

El disco, que se lanza en una caja de edición limitada que incluye una camiseta serigrafiada, un libreto de dieciséis páginas, y cinco fotografías, se ha realizado sobre grabaciones preexistentes de Camarón de la Isla, solo y con su inseparable Tomatito, extraídas de los archivos de TVE, Universal Music Spain y Luis Monge Montoya, el hijo mayor de Camarón.

De Reencuentros (Universal Music Spain) sólo se han editado 40.000 ejemplares, un alarde para un cantante que en vida vendió muy pocos vinilos de los 19 trabajos que grabó, pero cientos de miles de casetes, sobre todo en los bares de carretera.

Quejándose como nadie lo ha hecho en la historia del flamenco, Camarón (San Fernando, Cádiz, 1950-Badalona, Barcelona, 1992) marcó tendencia desde muy joven, y si él vestía traje para actuar los demás se lo ponían, y si sombrero, sombrero, y si zapatillas de deporte, "pues eso...", rememora su amigo José Manuel Gamboa, veterano crítico flamenco, en las líneas de texto que acompañan al DVD.

Pero este "tipo absolutamente fuera de serie", que hizo todos los cantes, que cada grito o quejío que daba lo convertía en una nota sin que jamás se le escapara una, no se ahorró unos comienzos difíciles porque "no le entendían".

"La gente no me comprende, pero yo no le echo cuenta. Yo voy a mi aire", dice José Monge a cámara en el documental sobre su vida y obra que también incluye el DVD. Era "un revolucionario, el símbolo del flamenco joven", del futuro, añade el ya legendario Paco de Lucía, compañero de Camarón a la guitarra durante largos años, mientras que el crítico flamenco Pedro Calvo apostilla que era "un compositor con la voz".

Este Reencuentro con viejos amigos ha sido posible gracias a la voluntad y el empeño de Luis Monge Montoya, de Maín Gómez y Sancho Gómez Escolar, con el soporte de Tomatito, el trío que forman Carles Benavent (bajo), Tino di Giraldo (batería y percusiones) y Jorge Pardo (saxos y flautas) y el compás jerezano de Juan Grande, El Bo, Luis Perequín, Rafita y Bola.

En la primera canción, Por tangos", un medley o popurrí, como él diría, cuenta con la colaboración de La Susi, mientras que en La Saeta, con una colaboración muy especial del grupo Jarcha, canta a dúo con Joan Manuel Serrat. Esta grabación está extraída de su actuación en un programa de televisión de Mercedes Milá grabado en 1991, y en él se puede ver cómo Camarón lee la letra de un papel que sostiene en sus manos.

En Soleá del Chaqueta cuenta con el apoyo a la guitarra de su hijo mayor, y son de escalofrío la interpretación de la bulería Soy fragüero, acompañado por la guitarra de Tomatito, y el fandango en directo La víbora rabiosa, con el público completamente entregado. Es en ese momento, al comienzo de ese fandango, cuando José le pide a su público que le dejen "un poquito a su aire". "Yo voy a dar lo mejor y lo que pueda dar. Para eso estoy aquí", promete. Las 12 acaban de dar, un martinete con el acompañamiento de la Lisbon Symphony Orchestra, dirigida por Jesús Bola, es otra de las joyas del CD. El disco se completa con el villancico La virgen hizo una sopa, la bulería El hombre terrestre y la alegría A dibujar esta rosa. El único criterio que han seguido los responsables de la recopilación, editada por Universal Music Spain, para elegir las actuaciones y canciones incluidas tanto en el CD como en el DVD ha sido, aseguran, el de "mantener un equilibrio entre lo menos conocido y lo mejor". Frente a algunas deficiencias técnicas, han primado el valor documental.

"No tengo palabras, porque no soy hombre de palabras. Solo sé cantar", se le oye decir al final del documental a este "profeta, a ese Mozart de la voz" que, paradójicamente, fumaba sin descanso y que murió el 3 de julio de 1992 a causa de un cáncer de pulmón.

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