Cine

Cannes se rinde ante Tarantino

  • El director ha presentado a concurso su último trabajo, 'Inglourious Basterds', protagonizado por Brad Pitt.

El entusiasmo que Quentin Tarantino suscita en el Festival de Cannes es único: ningún otro director goza de tan devotos seguidores como el director estadounidense, que ha presentado a concurso Inglourious Basterds, su propia versión del cine bélico.

Aplaudido con fervor desde los títulos de crédito iniciales, la película podría ser descrita como una fantasía judía de venganza con mucha comedia, pero en rueda de prensa el director aseguró que sobre todo se trata de una película en la que sus personajes cambian la guerra, el rumbo de la historia. "Eso no pasó, pero si hubiesen existido hombres como mis personajes, habría pasado".

Los Inglourious Basterds, un título prestado de la película de Enzo Castellari Insglorius Bastards (en su traducción al inglés, 1978), son un grupo de judíos que matan a nazis en la Francia ocupada. La película supone la introducción del director en el cine bélico, pero como toda película de Tarantino contiene múltiples referencias a los otros géneros, como el "érase una vez" inicial, un guiño al spaguetti western que tanto adora.

Esta mezcla de cine bélico con toques de western y comedia han dejado a la crítica un tanto sorprendida. Los que esperen un festival de matanzas y sangre quedarán decepcionados. La cinta contiene las claves de su cine, pero podría ser considerada una de las más clásicas del realizador. No obstante, debido a las prisas con las que ha tenido que terminar la película para llegar a Cannes, el director podría decidir hacer un nuevo montaje de cara al estreno comercial.

Con un reparto internacional en el que se respetan las nacionalidades de los personajes (no como en las otras películas bélicas norteamiercanas donde sólo se habla inglés), Brad Pitt da vida al teniente estadounidense Aldo El Apache, un personaje inspirado en los galanes del Hollywood de los años 40, que dirige a los bastardos. Todos ellos se llevan como recuerdo la cabellera de los nazis que van matando.

En plena sintonía con su personaje, Pitt compareció ante la prensa vestido como un traje blanco y un pañuelo que le daba un cierto aire de dandy de época. Los alemanes Diane Kruger, Daniel Brühl, Till Schweiger y Christoph Watlz completan un reparto en el que el canadiense Mike Myers viste el uniforme británico y la francesa Mélanie Laurent interpreta a una judía vengativa. A excepción de Schweiger todos ellos acudieron a la presentación de la cinta, en la que intercambiaron bromas, elogios e incluso besos. Pitt comentó que hacía tiempo que quería trabajar con Tarantino y que el año pasado el director fue a visitarlo a su casa en agosto para convencerlo. Le prometió entonces que estaría lista para Cannes, algo que a él le parecía imposible. Ni siquiera después de haber vaciado juntos cinco botellas de vino.

Tarantino, que dijo sentirse un "dios" pero sólo como creador de sus personajes, aseguró que siempre tuvo en mente presentar en el festival francés la película, porque ese es el "nirvana" que todo cineasta quiere alcanzar. Algo similar debió sentir en 1994 cuando levantó la Palma de Oro con Pulp Fiction. "Para muchos no hay lugar como Cannes y lo más importante es que el cine importa. No sólo son imágenes", añadió el director, que sigue fascinado con el hecho de que aquí se reúna gente de todo los rincones del mundo por el cine. "Soy un director estadounidense pero hago películas para el planeta Tierra y Cannes representa eso".

Este año el jurado internacional está presidido por la actriz francesa Isabelle Huppert, que en un principio iba a trabajar con él, pero finalmente no se pudieron cuadrar los calendarios. "Nadie adora en el mundo a Isabelle Huppert más que yo", comentó el director, quien confía en el futuro poder trabajar con ella.

El huracán Tarantino casi hace quedar en la sombra al gran maestro del cine francés Alain Resnais, que acudió a la competición oficial con Les Herbes Follies, una historia sobre el deseo que deja patente las ganas del director de 86 años de seguir explorando, seguir indagando en los resortes que mueven al ser humano. El director de Hiroshima mon amour, que ganó el premio del jurado en 1980 con Mon oncle d'Amerique, lleva a la gran pantalla L'Incident, la novela de Christian Gailly, sobre una dentista (Sabine Azéma) a la que le roban el bolso y un jubilado (André Dussollier) que encuentra un monedero con su dirección. Anne Consigny y Mathieu Amalric completan el reparto de esta historia de azar y deseo que más bien parece un cuento.

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