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Carlos Zárate, un corredor de fondo con su guitarra

  • El artista granadino presenta su último disco, 'Placeta 7'

Cuando en el barrio del Zaidín se nominaban las plazas por números, Carlos Zárate bajaba a jugar con sus amigos a la Placeta número 7, y sus horizontes más próximos se limitaban a las dos o tres placetas colindantes. Entre pelotas, bicicletas y un bocadillo a las cinco y media de la tarde trascurrió su niñez. Aunque pronto entró en el mundo de la guitarra. A los trece años ya tocaba en los escenarios. Ahora es padre y lleva la friolera de treinta y seis años detrás de un mástil, de una caja y de seis cuerdas. Con Placeta 7, Carlos Zárate ha querido rendirle un homenaje a la infancia y a la libertad. A esa infancia perdida, a los niños de hoy en día y al niño que todos llevamos dentro. Es el sentimiento que le ha perseguido durante muchos años de su vida y que por fin ha visto la luz en forma de disco.

Un disco social donde todos caben. Un trabajo abierto, eminentemente abierto, donde cada cual encuentra su esquina en unas notas, en un fraseo, en un tacón. Carlos, a la hora de concebir este trabajo, llamó a muchas puertas, pues deseaba una obra coral, un 'Save the children' flamenco, salvando las distancias. Carlos llamó a muchas puertas, repito, y todas se le abrieron. Como resultado, se expandió el trabajo, y, de una grabación simple, resultaron dos cedés, con ocho temas cada uno, cargados de intensidad, de intimidad y bastante heterogéneos, donde tienen cabida desde sonidos caribeños hasta andalusíes, desde la poesía recitada hasta la coral polifónica o el coro rociero o la orquesta clásica. Y flamenco, sobre todo flamenco.

Carlos, con la pulsión fuerte y precisa del que está acostumbrado a acompañar, a tocar para el baile, imprime a cada una de sus notas un carácter lleno de flamencura y de pasión, de queja y de compás. Esta apertura sin condición ha reunido en su entorno a unas ciento treinta personas, de las que más de cien son músicos, que participan directamente en su grabación. Nombrar a todos es imposible. Pero nos encontramos con la Tangeri Café Orchestra; la Coral y la Orquesta de la Basílica de San Juan de Dios; las voces de Juan Pinilla, de Alfredo Tejada, de José Fernández, de Aroa Palomo...

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