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Caroll Bristol: la magia de la creación en cartón

  • La artista parisina realiza mobiliario para tiendas en la ciudad y prepara cursillos sobre reciclaje y realización de muebles

Para la artista parisina Caroll Bristol lo más importante es poder sacarle pleno rendimiento a un material tan poco usual como es el cartón. El binomio cartón/mueble sólo es imaginable como material para protegerlo, nunca había sido propuesto como la propia esencia para fabricarlo. Si a eso le sumamos convertirlo en algo funcional y bonito, el resultado no es tarea fácil.

La imaginación no tiene límites y para Caroll Bristol nunca ha sido un impedimento dedicarse a realizar esculturas y mobiliario de este tipo: "Comencé a trabajar con este material hace cinco años. Al principio utilizaba papel maché para mis creaciones y poco a poco fui viéndole las capacidades que el cartón tenía para hacer las mismas piezas".

Ahora, tras 3 años viviendo en la ciudad de la que se enamoró tras un recorrido por Andalucía, Caroll quiere transmitir su sabiduría en la materia a los más jóvenes: "Mi tarea fundamental ahora es poder transmitir todo lo que sé sobre el cartón y sus posibilidades a los más jóvenes. En un mundo global en el que vivimos en donde estamos moviéndonos de residencia continuamente, la mejor manera de no tener que mover nuestro mobiliario tan pesado es crearlo allá donde estemos y por eso mi tarea ahora es transmitírselo a los más jóvenes, que son el futuro". Para ello, en el Centro Cívico del Zaidín se imparte, desde el 18 de noviembre y hasta el 11 de diciembre, un curso sobre reciclaje en el que enseñará como realizar piezas con materiales biodegradables, principalmente el cartón: "En los cursillos intentaré centrarme en hacer una misma pieza para que así, en el tiempo limitado del que disponemos, pueda explicar las bases de la fabricación de la pieza, de manera general".

Además de este cursillo, la creadora francesa tiene ya cerradas fechas para un cursillo en Monachil, el próximo febrero, donde enseñará a los más mayores a desenvolverse con el tan "desprestigiado" material. Lo más curioso es que a esta artista no hay estrato social que se le ponga por delante: "He propuesto realizar un curso en la clínica Buchinger, donde evidentemente los clientes no es que necesiten hacerse sus propios muebles, pero sí que realizan actividades de pintura, y creo que mi trabajo puede ser interesante y complementario también para ellos".

Caroll Bristol de Cartón, como a ella le gusta denominarse en el mundo artístico, tiene en su casa su taller donde realiza también piezas de mobiliario para tiendas que se han interesado por su trabajo. Una de ellas, es una tienda de ropa para niños en la calle Salamanca, donde su dueña se muestra encantada con el resultado: "En un primer momento una amiga común me habló del trabajo de Carol y me parecía algo bastante innovador y a la vez inquietante; que un mostrador hecho con cartón pueda sostenerse nos parecía algo difícil de imaginar. Después de la colaboración conjunta en el diseño y el proceso, estamos encantados con el resultado, además de tener clientes que se han fijado y preguntado qué es, incluso muchas personas han venido tan sólo a verlos", explica Fany, la dueña de la tienda Ikks.

Sus creaciones van desde un silloncito para niños, recubierto con "papel de camuflaje" que la artista encontró hace años y que sabía que "algún día utilizaría"-ilustración de la derecha-, mesitas de noche en forma de corazón, esculturas en papel maché de una bailarina y tantas otras cosas que cualquiera pueda imaginar. No hay límites que la propia escultora se ponga, hasta la fecha no hay idea que se le resista.

El proceso comienza siempre en el mismo punto: buscar la materia prima. Para ello Caroll se traslada a las zonas industriales del extrarradio de la ciudad y junto a su pareja se dedican a buscar cartón "de doble capa", el mejor y más efectivo para trabajar y modelarlo. Otra condición a seguir es que no esté dañado, mojado o sucio, lo cual hace descartar a más de una caja que se puede encontrar a la salida de cualquier establecimiento. Una vez en casa, toca el turno de diseñar lo que va a hacer: "Si bien es verdad que es fácil de moldear y rehacer el cartón a tu manera, hay muchas horas de trabajo detrás de cada retoque, detrás de cada curva que la pieza tiene, desde luego lo importante es darle la forma y dotarlo de una buena arquitectura a la pieza para que pueda aguantar todo lo que quieras", explica Caroll.

Esta técnica no ha sido ajena para muchos entendidos. Hay precedentes dignos de mención en cuanto al cartón se refiere. El arquitecto japonés Shigeru Ban construyó casas de cartón para los refugiados de los terremotos que asolaron Japón, India y Turquía y los refugiados del genocidio de Ruanda en 1994. Además, este innovador arquitecto ha realizado el primer puente de cartón al sur de Francia que pesa 7.5 toneladas y está hecho con 281 tubos de cartulina de 1,15 centímetros cada uno de largo y 11.9 milímetros de ancho. Todo un prodigio de la ciencia y la mano del hombre en la que el material reciclado es la parte esencial para un futuro más sostenible y limpio.

Para Caroll, este arquitecto japonés es sólo un ejemplo de que su idea, que para muchos puede resultar descabellada, está dando frutos y no es tan idealista como en un primer momento puede pensarse: "Cuando la gente comienza a entender y conocer mejor mi técnica, empiezan a interesarse más y más por el tema, hasta el punto de ir paseando y siempre ir al acecho de más materiales que la gente tira y que son fácilmente reutilizables. Si de algo me puedo sentir orgullosa en eso es que estoy ayudando a que, de alguna manera, también estamos ayudando a limpiar las calles. Algunas veces me planteo que en un futuro, el cartón no será gratis y me cueste trabajo encontrar mi material base", comenta esperanzada Caroll, que busca tan sólo que esa queja se convierta en realidad, y en crear un nuevo mueble de la caja que mira mientras contesta a las preguntas.

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