Música Conciertos para esta noche

Los Chichos y la memoria

  • La banda de rumbas actúa esta noche en la sala ElTren para repasar décadas de éxitos como 'Ni más ni menos'

La última vez que Los Chichos pisaron un escenario granadino lo hicieron compartiendo cartel con dos de sus más insignes compañeros de generación, Los Chunguitos y Bordón 4. Fue hace poco más de un año en un evento que bajo el nombre de Noche de Rumba reunió a las tres bandas en el Coliseo de Atarfe. Entonces los madrileños interpretaron su repertorio con las bases pregrabadas e incluso se atrevieron con alguno de sus éxitos a capella obligados por las circunstancias.

Haciendo de la necesidad virtud, alegaron no disponer del acompañamiento de todo su repertorio, y se disculparon por no alcanzar a ofrecer un espectáculo con orquesta de respaldo, "porque como sabéis la cosa está muy mala" dijeron. Al respetable no pareció importunarle demasiado tal limitación, pero es más que sintomático del estado de la cuestión que un grupo con un bagaje de éxitos que muy pocos pueden presentar, que lo fueron todo a nivel comercial en una España con muchos menos recursos de los que existen ahora, y que hace treintaytantos años se podían permitir el lujo de hacerse acompañar por una orquesta completa (vendieron más de veinte millones de discos), se vea en estos tiempos abocado a tener que ceñirse a un acompañamiento enlatado para presentarse en directo. Sea como sea, sus canciones inmortales sonarán esta noche en la sala El Tren a partir de las diez y media. Son ilusiones, Amor de compra y venta, Mujer cruel, La cachimba, Esto sí que tiene guasa, El Vaquilla, Farruquito mío, Bailarás con alegría, Ni más ni menos, Niña por qué lloras o Juan Castillo fueron la banda sonora de una España de estrecheces y fatigas que hoy no parece tan lejana como creíamos.

Canciones sobre el amor y la traición, sobre los vaivenes de la vida y de las drogas, sobre la pena y la experiencia carcelaria, que en su día reflejaban la dureza de la vida en los suburbios, pero que gracias al talento de sus creadores, han trascendido su ámbito de influencia para quedarse grabadas en nuestra memoria colectiva más allá del origen de cada uno. Entonces sonaban por los atronadores altavoces de los coches de choque y a través de las ventanillas de los 1430, reproducidas en cintas de casete, como expresión del orgullo gitano, y hoy en día se buscan en Spotify y pertenecen a la historia de nuestro país. Todo el mérito se encuentra precisamente en su calidad como canciones, en la abrumadora honestidad que transmiten y en la verdad que encierran.

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