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'Claro que sí', donde Batman y Robin se aman sin tapujos

  • Sebastián Marín, director de la revista de orientación gay, participa en el Salón del Cómic y afirma que "los editores suelen poner trabas a esta clase de trabajos"

Batman y Robin podrían mostrar su amor sin tapujos en la revista de cómic homosexual Claro que sí. Su director, Sebastián Marín, que ayer firmó sus trabajos en el Salón Internacional del Cómic, ha seleccionado una serie de viñetas que se exponen hasta este domingo en el recinto de Fermasa. Es la revista Cero del tebeo. "La publicación surgió como una colección de cómic y novela gráfica dedicada a autores gays hasta que decidimos sacar una revista a la calle", explica Marín.

Claro que sí sale a los quioscos cada seis meses con un formato de 130 páginas, como si fuera una antología. Pero el cómic gay no es un subgénero, "ni siquiera un género". "Es una manera de tratar a determinados personajes, cabe todo, pero lo que pasa es que cualquier autor que presente a un editor historias con protagonistas gays se va a encontrar con problemas", lamenta. "El editor nunca dice que no le gusta, simplemente busca subterfugios para no publicarlos". ¿Y qué responde Sebastián Marín? Obviamente, Claro que sí. "Es increíble cómo en cada número se ponen en contacto con nosotros nuevos artistas con una calidad superior a la media, y otros que se dedican a esto desde siempre pero que no disponían de un espacio donde publicar su trabajos más personales".

Para el Salón del Cómic, Marín ha seleccionado una serie de viñetas con los 'chulazos' de rigor pero sin ningún atisbo de pornografía. "Las viñetas pueden verlas sin problemas los padres acompañados de sus hijos", resalta el director de Claro que sí. "La mayoría de la gente, cuando oye las palabras cómic gay piensa enseguida en cómic erótico o pornográfico, y no tiene que ser así".

Además, el público que acude cada seis meses al quiosco para hacerse con su ejemplar de Claro que sí no tiene que ser homosexual. "En absoluto", protesta Marín. "Igual que los autores tampoco tienen que ser homosexuales porque son las historietas las que tienen que ir en esta línea". En la opinión de Marín, comprar su revista no significa que se tenga que acudir sin más demora a la manifestación del Día del Orgullo Gay. "Vivimos en un país de grandes contrastes y en ciudades como Barcelona o Madrid toda clase de público compra la revista sin tapujos, incluso las chicas. En cambio, en otras ciudades, la gente envuelve la revista en un periódico, igual que en la Transición, cuando escondían el Penthouse entre el Hogar y Moda".

En el aspecto editorial, Claro que sí no tiene una línea concreta ni en cuanto al tipo de dibujo ni en cuanto a las historias. "Es una de las gracias de nuestra revista", resalta el director. "Tenemos desde gente muy cercana al manga como Benamous Biedma a gente más humorística como Ismael Álvarez, yo mismo que sigo una línea claramente francesa o el propio Alfonso Casas que se acerca a lo naif, algo que aporta muchísima frescura al resultado final de la publicación".

Por otro lado, la sala de firmas contó también con la presencia de Juan Giménez, quien no se limitó a poner una amable dedicatoria a los que hicieron cola con alguno de sus trabajos bajo el brazo -la mayoría de la saga La casta de los Metabarones, donde colabora con el también argentino Alejandro Jodorowsky-. Con paciencia, Giménez dedicó una acuarela personalizada a los expectantes admiradores, que veían como su cómic se revalorizaba a cada pincelada del autor. "Si lo llego a saber traigo una cartulina para poder enmarcar el dibujo", lamentaba uno de los afortunados.

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