Literatura

Cuadernos del Vigía: 20 años en la trinchera de la edición alternativa

  • La editorial granadina cumple dos décadas ofreciendo al lector uno de los mejores catálogos de narrativa breve en español

  • En la Feria del Libro de Granada presentarán 'Campo cerrado' de Max Aub

Miguel Ángel Arcas cuenta dos décadas de aventuras con Cuadernos del Vigía.

Miguel Ángel Arcas cuenta dos décadas de aventuras con Cuadernos del Vigía. / María de la Cruz (Granada)

Nunca publicará libros de Carlos Ruiz Zafón, ni de Haruki Murakami, ni E. L. James. Tampoco de Federico García Lorca, ni de Luis Cernuda. La editorial granadina Cuadernos del Vigía sintió predilección por el riesgo desde el día de su nacimiento hace 20 años. Su responsable, Miguel Ángel Arcas (Granada, 1956), se lo cuenta a la entrevistadora con el mismo entusiasmo y la misma pasión con la que dos enamorados se dan la mano por primera vez. "En ese momento, a finales de los 90, había una generación de escritores jóvenes que no tenían sitio en esta ciudad. Nadie se había preocupado por editarlos... Alguien los tenía que escuchar y sacar a la luz. Ahí nace Cuadernos de Vigía", resume. Su idea era que los poetas consagrados, con carrera, como Luis García Montero, Javier Egea, Álvaro Salvador y José Carlos Rosales fueran "el aval" de esta nueva generación. El primer libro, "una cosa pequeñita", en palabras de Arcas, recogía una selección de poemas donde el grupo granadino de la otra sentimentalidad, sin duda, destacaba sobre los demás. Diez años antes, en 1987, esta formación acaba convergiendo en un grupo poético más amplio que, de la mano de Enrique Molina Campos, tomará el nombre de poesía de la experiencia.

La editorial se dedicó en su primera etapa a publicar a poetas y escritores noveles en lengua española y a incorporar a su catálogo a autores de prestigio en el panorama de las letras hispánicas. "Siempre en castellano, pero no necesariamente españoles, pero si en lengua castellana", recalca. Sin embargo, a partir de 2005 el planteamiento cambiaba. Cuadernos dejaba de editar libros de poesía porque económicamente era "insostenible". "No merece la pena dar bandazos. Hay que tener un criterio muy claro y elegir un camino. Espero que en unos años podamos retomar una edición dedicada a los versos", comenta con sinceridad.

Al definir al fin una estrategia editorial, Arcas empieza a transitar por la senda del relato breve, el microrrelato, el aforismo y sobre todo, por una de sus pasiones personales: Max Aub. "La recuperación de su figura y sus libros marca un camino en esta casa. Uno de los pilares que sostiene, identifica y mantiene la editorial es la edición de su obra", declara Arcas mientras mira una selección de su catálogo encima de la mesa, donde los libros del escritor español de origen francés ocupan una posición privilegiada: la cúspide."Descubrí a Max Aub con Los crímenes ejemplares en una edición de Seix Barral allá por los 70. Aquello me sacudió tremendamente. Estaba leyendo a alguien que decía cosas que nadie se había atrevido a decir. Con ese descaro, esa fuerza, esa capacidad lingüística", relata. Aquel recopilatorio surrealista de declaraciones de culpables de crímenes cuenta cómo la muerte se puede originar de las formas más absurdas y menos justificadas. "La muerte es capaz de sacarnos una sonrisa, de verla en su ridiculez, pero también en toda su fuerza. Aux me la mostró a través de microrrelatos y me inoculó así la pasión por ellos y por sus textos", reconoce con una sonrisa.

Arcas enseña algunos de los libros de Max Aub publicados por la editorial granadina. Arcas enseña algunos de los libros de Max Aub publicados por la editorial granadina.

Arcas enseña algunos de los libros de Max Aub publicados por la editorial granadina. / María de la Cruz (Granada)

Arcas se plantea entonces el rescate de este escritor brillante desterrado por el franquismo y sus estrecheces. "Ha estado muy mal editado. Sólo Antonio Muñoz Molina reconoció la labor que desempeñó Aub en su entrada en la Real Academia la Lengua Española en 1996", critica duramente. En aquel discurso, titulado Destierro y destiempo de Max Aub, el escritor ubetense dijo: "De Max Aub, el escritor español cuyo discurso académico falso inspira el mío, no sólo no hay estatuas, que yo sepa, sino que además es muy difícil encontrar en nuestras librerías la mayor parte de sus obras. El, que inventó a tantos personajes que parecían reales, y que tantas veces invistió a las personas reales de la dignidad fantástica de la literatura, parece ahora en gran parte la invención de un novelista, porque su figura ha sido modelada sobre todo por la lejanía y el desconocimiento". 

La Fundación Max Aub celebra el estrecho vínculo que mantiene con la "aventurera" editorial desde hace años. "Es una suerte que una editorial de estas características tan especiales se haya fijado en la obra de un gran escritor que siempre ha estado en la sala de espera, por un motivo u otro; donde su obra ha sido difícil de llevar adelante por editoriales privadas y donde la Fundación que lleva su nombre, como es lógico debido a sus limitaciones económicas no podemos cumplir con el deseo de realizar algunas determinadas ediciones, que gracias a la capacidad de trabajo y eficacia de Cuadernos del Vigía se han podido llevar adelante con una calidad excepcional", resalta su director, Francisco Tortajada, que cree que lo que tienen en común el poeta y la editorial es "escribir y editar historias que hacen dudar; su independencia de pensamiento; el amor por los libros y ese espíritu crítico".

Para el editor de Cuadernos del Vigía, el escritor exiliado en México es "uno de los grandes escritores olvidados de este país" y una figura señera de la Generacion del 27 aunque no apareciera en la foto. Al igual que mujeres –también obviadas en esa ecuación– como Concha Méndez y María Teresa León. "Lo otros de esta generación están editadísimos. Lo que hay que hacer es valorar no sólo su figura. Fue un exiliado. Su vida fue una peripecia", argumenta. A la hora de preguntarle por lo que representa, Arcas no duda un momento en afirmar que "la dignidad y la lucidez de su tiempo". "Entendió perfectamente cual era su tiempo y se mantuvo en los valores democráticos de dignidad y de humanidad. Fue crítico con el fascismo y también con la izquierda. Su literatura además es fabulosa. Escribe muy distinto", explica. Basta con leer La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco para darse cuenta. Los amantes de su literatura podrán adquirir durante la Feria del Libro de Granada Campo cerrado, uno de los seis relatos de la obra más significativa e importante de toda la narrativa sobre la guerra civil española y el exilio: El laberinto mágico.

Aub, novelista, dramaturgo y poeta, en una fotografía de archivo. Aub, novelista, dramaturgo y poeta, en una fotografía de archivo.

Aub, novelista, dramaturgo y poeta, en una fotografía de archivo. / Fundación Max Aub

La editorial también empieza a publicar a partir de 2005 todo lo que tenga que ver con la narrativa breve "muy ligada al siglo XXI": el microrrelato, el aforismo, el relato. Entre el amplio catálogo, Arcas destaca la Colección Inicia dedicada a cuentos escritos por autores jóvenes como Isabel Cienfuegos y Alejandro Pedrogosa; y la de Microrrelatos, que arrancó con Raúl Brasca, "un gran escritor de microrrelato y uno de los mayores impulsores de micro en Argentina", subraya el editor, y el gran Ginés Cutillas. "Continuaremos con Rubén Abella y su No habría sido igual sin la lluvia, libro ganador del Premio Mario Vargas Llosa NH, en otoño", adelanta.

Arcas pone especial atención a la colección de aforismo, incorporada en los últimos cuatro años, cuando desgrana la cuidada producción de Cuadernos. “La idea de generar una colección de aforismo era un empeño personal. Sigo empeñado en dar valor al aforismo, un género que en los últimos años ha empezado a emerger. Yo auguro que con el tiempo el aforismo cuajará entre mucho más lectores. Todo el mundo habla de aforismo. Es una palabra que circula muchísimo. Pero luego, como todo, a la hora de la verdad los compradores de libros brillan por su ausencia. Soy muy consciente de los problemas económicos que genera, pero seguimos apostando por ello”, reflexiona. Cuadernos no se resigna a los clásicos del aforismo –Fernando Pessoa, Joseph Joubert–, sino que se decanta por “gente viva”, bromea Arcas, y de primera división como Carlos Marzal, Ramón Eder, Andrés Neuman, Sergio García Clemente y Carmen Camacho. Las premisas bajo las que trabaja esta licenciado en Filología española por la Universidad de Granada son claras: “No entiendo la labor de editor como una labor basada en la economía. Una editorial necesita ser rentable para poder editar. El reto está en hacerla rentable con tus propias apuestas. Tienes que tener un rato olfato para saber elegir a tus autores y una gran capacidad para encajar el golpe del mercado”. A esa tremenda vocación se une además un diseño limpio y cuidado.

Otras actividades de la editorial son la realización de talleres y premios literarios, como el Premio Internacional José Bergamín de Aforismos, y la creación de iniciativas de promoción y difusión de la lectura, como el proyecto Relatos para leer en el autobús que obtuvo el Premio Andaluz al Fomento del Libro y la Lectura. “Todavía quedamos editoriales que no tenemos sentido del ridículo. Somos un poco insensatos”, concluye. Algunos sólo esperamos que esa locura dure al menos otros 20 años. O más.

El editor de la editorial posa al final de la entrevista. El editor de la editorial posa al final de la entrevista.

El editor de la editorial posa al final de la entrevista. / María de la Cruz (Granada)

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