La carrera de Dani Flaco es como las de los fondistas, de resistencia. Esta noche presenta en La Tertulia su sexto álbum, Versos y Madera, un disco financiado mediante el crowdfunding y del que despachó nada menos que mil copias durante la primera semana a la venta mientras abarrotaba tres noches consecutivas el Auditori de Barcelona. No está nada mal para el hijo de un murciano y una catalana nacido en el barrio de Bellvitge de L'Hospitalet de Llobregat.

Desde pequeño mostró inclinación por la música y tras pasar por un par de bandas, en 2002 decide abandonar su puesto de trabajo en la cadena de montaje de la Seat y emprender una carrera en solitario, se patea todos los garitos de Barcelona, y aprende los trucos y las trampas del oficio, aunque no será hasta 2006 cuando debute discográficamente. En estos nueve años se ha dicho de él que es "la voz de la periferia", se le ha llamado "el xarnego que triunfó en BarnaSants", que sus canciones son sabineras o que a pesar de sus éxitos en el Auditori, los festivales o el Teatro Joventud de Hospitalet, donde grabó el doble Cada Vez Más Flaco, es un tipo de garitos. Y que por tanto a los garitos vuelve.

Para los que ya lo conozcan, asegura que en el nuevo trabajo se muestra más acústico y tranquilo que en los anteriores, y contiene detalles más próximos al folk que a los registros rockeros de antaño. Desde su publicación hace ya prácticamente un año, lo ha venido presentando tanto con banda al completo como en recitales como será el de esta noche, a dos guitarras, acompañado por su amigo Txetxu Altube del grupo Los Madison.

Y para los que no, parece una ocasión perfecta para descubrir los motivos que lo han llevado a encabezar la nueva hornada de cantautores.