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David Trueba: "Azcona sólo iba al cine a ver películas de risa"

  • El escritor y cineasta ofreció una sincera semblanza del que fue su maestro, mentor y amigo, y al que calificó como uno de los "mejores guionistas europeos"

"Si le decías ¿has visto la última película checa?, siempre te preguntaba: Pero, ¿ésa es de risa?". David Trueba explicaba así el carácter poco cinéfilo de Rafael Azcona, al que el Hay Alhambra Festival, en colaboración con la Academia de cine han dedicado un ciclo especial de proyecciones.

"Sobre Bergman solía decir que era constumbrista. Que las parejas en Suecia son así y las imágenes y el simbolismo era porque ellos son así de raros" recordó Trueba con socarronería. Sobre las etiquetas de sus guiones, dijo que Azcona "reivindicaba el sainete, en una tradición muy española" y también hizo hincapié en que no era una persona que hablara mucho de los vericuetos de su profesión. "Iba al cine los sábados por la tarde con su mujer a ver una comedia", comentó el que fuera su colaborador en el libreto de La Niña de tus Ojos.

Rafael Azcona era una persona al que no le gustaba especialmente y sin embargo, "no se puede entender el cine español sin su presencia" según declaró el joven cineasta y escritor que ha sido recientemente galardonado con el Premio nacional de la Crítica por su última novela, Saber perder.

No por culpa de los guiones sino por la literatura, también Rafael Azcona decidió dar un paso al frente y salir de su tan comentado anonimato. Con la publicación de Memorias de un señor bajito, que recogía a petición Mario Lacruz, director de la Enciclopedia Pulga (Ediciones G. P.), una serie de textos publicados por primera vez en la revista La Codorniz a mediados de los años cincuenta, Azcona tuvo que dar la cara.

"Muchas veces se ha dicho que era huraño y todo lo contrario. No le gustaba aparecer, porque su trabajo era otro. Pensaba que el guionista era un colaborador y que la película era del director", según explicó Trueba, "pero al volver a publicar sus relatos - Los Ilusos o Los muertos no se tocan, entre otros- estaba obligado a dar la cara porque era del todo suya".

Aún así nunca fue muy amigo de que apareciera su nombre en los grandes titulares. Jocosamente David Trueba recordó la resistencia de Azcona a conceder entrevistas. "Se llevaba al periodista a comer y podían estar tres horas hablando. Acababan tan amigos y todos me decían luego que era muy majete, pero la entrevista nunca se la daba a nadie".

El director de Soldados de Salamina también señaló que Azcona no tenía ningún "complejo autoral" sobre la profesión del guionista, recordaba alguna charla de advertencia antes de meterse en el oficio en la que llamó a los guionistas "putas" al servicio de los caprichos de los directores.

Trueba y Azcona se conocieron en 1984, cuando el hermano pequeño de Fernando apenas contaba veinte años y estaba decidido a dedicarse a escribir para el cine.

"Fue una amigo que me marcó personalmente" declaró el aprendiz que persistió en lo del cine y contó como anécdota que por aquellos entonces le llamó por teléfono un día para invitarle a comer con cuatro amigos "muy viejos". "Queremos que un joven nos cuente que está pasando ahora en el mundo" contó Trueba que siendo poco más que un veinteañero recibía una invitación personal para comer con el guionista de clásicos como El Pisito, El Bosque Animado o Plácido.

Trueba lo definió como uno de los "grandes guionistas europeos" de todos los tiempos con "un gran legajo cinematográfico". Sobre su estilo dijo que "no creía en las películas de género porque defendía que la vida no es así. Decía que en las películas americanas, las situaciones se resuelven en función del género de la película. Si es una película de suspense, el personaje sale a la calle, se apaga la luz del portal, pasa un coche haciendo un gran ruido... Él prefería que se apagara la luz del pasillo, se oyera un ruido y abriera la puerta la vecina sacando las bolsas de la basura", remató entre risas. Las mismas risas con las que disfrutaba Rafael Azcona con su mujer en el cine los sábados por la tarde.

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