música Novedad discográfica de grupo rock

Los Deltonos destapan 'La Caja de los Truenos'

  • El cuarteto cántabro liderado por Hendrik Röver aterriza hoy en Planta Baja, donde presentan su último trabajo en concierto

Veinticinco años de carrera y una de las trayectorias más coherentes del panorama nacional definen bien a las claras la honestidad de la propuesta de Los Deltonos. Al menos en lo tocante a lo musical, ya que en su vertiente de relación con la industria, su carrera ha constituido una de las historias más controvertidas del rock español y ejemplo de manual de lo subyugantes que pueden llegar a ser las relaciones contractuales de un artista con las compañías discográficas. Afortunadamente, el grupo cántabro hace mucho tiempo que normalizó su situación, y superadas ya las desavenencias con los sellos, las grabaciones secuestradas por orden judicial y los tiempos de las llamativas consignas (aquello de Grupo intelectualmente violento o Soy un hombre enfermo), Los Deltonos han podido centrarse exclusivamente en lo único que de verdad debe importar a un artista, su música. La Caja de los Truenos es el título de su último trabajo, un álbum publicado por Guitar Town Recordings a principios de año y que los ha tenido de gira de presentación prácticamente desde diciembre de 2011. "Hay veces que las canciones necesitan macerar un tiempo, otras que se las maltrate un poco o se las castigue con el látigo de la indiferencia para que se rebelen y vuelvan con más fuerza, pero algunas, solo algunas veces, si en el particular duelo que sostenemos con ellas ninguna parte deja pensar demasiado a la otra y simplemente capturamos la primera impresión, la energía de lo imprevisible se libera con toda su fuerza y registrar esa energía es lo que hemos intentado con este disco". Así explica Hendrik Röver, líder, fundador y autor de la banda, que en este caso además se ha responsabilizado de la producción, la inmediatez y la naturalidad que han buscado con las once canciones que componen el disco. Y sigue: "Es sin duda el disco más espontáneo y natural que hayamos grabado nunca y el que seguramente por ello tiene el ambiente más especial. Apenas nos sabíamos los acordes y la canción ya estaba grabada. Nada de complicadas técnicas de grabación ni eterna postproducción. Arreglos hechos sobre la marcha con un gesto o una mirada por cuatro tipos que llevan once años tocando juntos. Lo que se oye es lo que hubo. Y cuando acaban las canciones no llega el silencio, queda un ambiente denso y eléctrico como solo la energía de músicos tocando a la vez en un mismo espacio puede generar. Y se nota, vaya si se nota. Cuando una canción se acaba, el ambiente todavía es tan denso que podría cortarse en rodajas...". Como ellos mismos dicen, si no esta roto no lo arregles. Los temas fueron escritos por Röver en febrero de 2011, y grabados en su estudio de Muriedas, Cantabria, en apenas cinco días y sin ensayos de por medio en marzo, y mezclados en abril de ese mismo año. Cuatro músicos tocando y grabando unas canciones que apenas han tenido tiempo de aprender más allá de los acordes. Si eso no es inmediatez nada lo será. Después de cuatro años de silencio tras el elogiado Buenos Tiempos, este trabajo se antoja más una fotografía del momento apacible que vive la banda que nada parecido a la clásica recapitulación. En este tiempo Hendrik ha desarrollado su faceta más intimista tocando en solitario y eso parece haber revertido en el grupo, que vuelve con energías renovadas. También en unas letras que llegan a sitios por los que antes apenas había transitado, que muestran mayor profundidad y han supuesto en salto cualitativo para Röver como letrista. El resto, ya saben, es ese rock que nunca se termina de desprender de su ascendente rhythm&blues sobre el que Los Deltonos construyen su cancionero. En sus propias palabras: "Transitamos los múltiples y enrevesados caminos de toda la música americana de raíces y nos quedan aún muchos sitios por visitar. Digerimos nuestros viajes e intentamos contarlos, en castellano, por supuesto. Próxima parada: esta noche en Granada.

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